Lente de aumento
Reos de la ‘burrocracia’
La obesidad pública en detrimento de lo privado es el billete para la ruina
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Iniciar sesiónBU-RÓ-CRA-TA. Quédense con el palabro. Añadan ‘de panza llena’ y tendrán el insulto esférico, lo es lo miren por donde lo miren, que me dedica un lector por mi penúltima columna. Respeto que le produzca cierto desprecio que un plumilla desde la ... comodidad de la Redacción escriba de la infancia arrebatada a tantos niños de Ucrania. Es verdad, mi opinión es tan poco válida como la de cualquier otro que ve los toros desde la barrera. Pero ¿burócrata? Eso es pasarse ¿De panza llena? Un poco sádico.
Que burócrata se haya convertido en un improperio denota que tenemos demasiados, o al menos la sensación de que se puede hacer lo mismo, y tan mal como hasta ahora, con seguro la mitad de gente. El problema es que ese no ha sido nunca el objetivo del Gobierno. La obcecación por engordar la nómina de servidores de lo público es un lastre que nos acompaña desde el advenimiento de la democracia. La obesidad mórbida de la Administración no busca en ningún caso la eficiencia sino la permanencia de quien es tan generoso con el dinero ajeno. La ‘burrocracia’, ojo, no es una errata, es el costoso seguro de permanencia en el machito que se buscan unos para acabar paralizando a todos. Lo tremendo es que además se jacten de ello, que lo celebren como si fuera un triunfo cuando en realidad es la palmaria constatación de que bordeamos el precipicio económico. Apostar por lo público y denostar lo privado, con ese desprecio suicida embadurnado de paternalismo tan característico de la izquierda, garantiza lo que hoy padecemos. España renquea y La Moncloa se justifica tras el burladero de una guerra, aunque el barómetro de GAD3 que publicamos ayer demuestra que ya no cuela. Somos reos de una orgía fiscal y subvencionadora que no garantiza la supervivencia de todos sino solo la de unos cuantos. Que se vanaglorien de reclutar funcionarios o ser inquisidores de los ricos, para acabar igualando en miseria, me recuerda aquello que dejó escrito Balzac: «La burocracia es una máquina gigantesca manejada por pigmeos». Lo peor es que los nuestros se creen colosos. Malo.
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