Suscribete a
ABC Premium

Enfoque

Una afectación

Concierto de San Esteban

Salvador Sostres

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El catalanismo es una afectación y va y vuelve de esta afectación quemando contenedores o declarando independencias que ni ellos mismos reconocen. Siempre con esa solemnidad de día histórico y su aspecto de muy determinados en algo que ellos saben que acabará cuando se marchen ... a cenar a sus casas. El tradicional concierto de San Esteban en el Palau de la Música fue ayer un recital de cursilería y afectación con unos chicos haciendo unos gestos y poniendo unas caras que daban ganas de pegarles dos bofetadas. Los lazos amarillos eran una afectación más, ni de largo la más notable. Hubo un momento en que interpretando una canción sobre unos tambores, los hombres hicieron con los brazos el movimiento del tamborilero y le pedí a mi hija que si algún día me ve hacer algo como aquello, me ingrese de inmediato en el frenopático. En la platea, varios se durmieron y yo creo que algunos, por cómo les colgaba la cabeza, incluso fallecieron, aunque en TV3, por patriotismo, no lo dijeran. Cuando falla el honor, cuando falla el valor, cuando falla la hombría de pagar el precio de aquello en lo que crees, esto es lo que queda: la impotencia hecha lacito, la cenefa como premio de consuelo, el amaneramiento de tantos sentimientos reprimidos en tu propia cobardía, el simulacro permanente y una retórica que pretendiendo ser audaz resulta humillante y la mayor munición del «enemigo». El catalanismo ya no es una ideología. Es sólo un deje, entre repulgado y hortera. Dicho de otro modo: hasta el lacito era más aceptable que la chaqueta del presentador de la televisión pública, con esos puntitos como de purpurina.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia