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Luz de Adviento

Abre tu alma a esta luz de Adviento. Déjate llevar hacia tu propia memoria, hacia el paisaje interior de los afectos

Ignacio Camacho

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Siempre te ha gustado la Navidad. Incluso ahora, cuando te empieza a pesar que cada invierno te arranque hojas del calendario y en la caída temprana de las tardes sientes que lo mejor de tu vida tal vez ya haya pasado. Incluso cuando las ausencias ... te clavan sus pequeñas agujas de nostalgia en los costados y te transportan al tiempo de inocencia en que la casa familiar convertía el mundo en un lugar seguro, confortable y cálido. Te gusta lo que tiene de refinamiento, de ternura, de piedad, de belleza, de anclaje en la tradición cultural y emotiva de un orden civilizado. Te gusta su simbología afable de sentimientos íntimos, su dulce, acogedora cosquilla de recuerdos gratos. Y si algo te ha dejado de complacer no es la melancolía ni el quebranto sino la extensión de un pensamiento social acomplejado, de una mentalidad líquida que desdeña la esencia de los ritos sacros para construir una fiesta abstracta y como avergonzada de su mensaje, desnuda de creencias espirituales, desdibujada de significados.

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