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Editorial ABC

La dura ejemplaridad del Rey

Don Felipe acierta porque no tenía más alternativa en defensa de la Monarquía, de la estabilidad y del rigor institucional

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El comunicado emitido por la Casa de Su Majestad el Rey por el que Don Felipe renuncia a la herencia de Don Juan Carlos y le retira su asignación económica es inédito en la historia de nuestra Monarquía. La decisión del Rey es tan drástica ... y dura -especialmente desde la esfera personal- como ejemplar. Incluso con España en plena incertidumbre y sometida a estado de alarma por la anomalía causada por el coronavirus, Don Felipe acierta porque no tenía más alternativa en defensa de la Monarquía, de la estabilidad y del rigor institucional para garantizar su futuro. Las investigaciones judiciales en torno a las graves acusaciones que pesan contra Don Juan Carlos por la gestión de dos fundaciones, y por la supuesta percepción de cantidades millonarias en paraísos fiscales, no dejaban más margen de maniobra a Don Felipe. Por eso, el sacrificio personal que supone romper de facto con su padre no es solo demoledor, sino una forzosa obligación basada en la necesidad de la Casa Real de dar ejemplo y prestigiar a la institución, que ya se vio zarandeada durante los últimos años de reinado de Don Juan Carlos por escándalos que dañaron su credibilidad. Hoy, los hechos investigados revisten tal gravedad como para que sea Don Felipe quien haya dictado sentencia, moral e institucional, más allá de lo que puedan fallar en el futuro los tribunales.

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