Suscribete a
ABC Premium

Editorial ABC

La Corona, acosada; Sánchez, pasivo

Los silencios de Sánchez ante los ataques de sus ministros comunistas al Rey no son una forma de marcar distancias frente a ellos, sino una omisión calculada y expresiva de su deslealtad

ABC

En la semana del sexto aniversario del acceso de Felipe VI a la jefatura del Estado, la situación de la Corona española vive la insólita situación de que el propio Gobierno de la Nación es la principal fuente de los ataques que recibe. El antimonarquismo ... de los dos socios principales de PSOE, es decir, Unidas Podemos y ERC, no solo es un hecho notorio para todos los ciudadanos, sino un elemento aglutinador de las fuerzas de extrema izquierda y separatistas. El derrocamiento del Rey es un objetivo programático común que anima un concreto plan de derogación del orden constitucional, ante lo cual Pedro Sánchez asiste como un Nerón ante la Roma incendiada, dejando hacer, que es tanto como animar. Para la extrema izquierda, la Corona representa la vigencia en España de una democracia parlamentaria de base liberal, un sistema que estos comunistas de viejísimo cuño, como Iglesias, Montero o Echenique, no aceptan porque son incapaces de asumir una organización política basada en la libertad individual. Para los separatistas, la Corona es, como dice la Constitución, el símbolo de la unidad y permanencia del Estado que quieren desmembrar. Los antisistema están, ahora, en el sistema, de la mano de Sánchez y con el aquietamiento de partidos que, como Cs, habían nacido para evitarlos y marginarlos del Gobierno de España.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia