CARROMERO SALE DE PRISIÓNCARROMERO SALE DE PRISIÓNCARROMERO SALE DE PRISIÓN

La visita de Esperanza Aguirre, presidenta del PP madrileño, refleja el apoyo de su partido al joven dirigente que se vio envuelto en un acontecimiento cuyo alcance no puede darse por cerrado con una investigación sesgada por parte del régimen cubano y con la condena a cuatro años por homicidio imprudente. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha sabido negociar con acierto la salida de Carromero, y España aplica ahora su propia normativa penitenciaria. En todo caso, no se puede admitir sin más una versión que favorece al castrismo, capaz de explotar el incidente al servicio de su propaganda interna, como es propio de un sistema totalitario. Una vez salvada la situación personal, es hora de exigir una aclaración a fondo de unos hechos extremadamente graves desde el punto de vista político y humano.

EN estricto cumplimiento de la legalidad, ayer se concedió el tercer grado penitenciario a Ángel Carromero, condenado por la dictadura cubana con motivo del accidente de tráfico que costó la vida a Oswaldo Payá y a otro líder de la oposición interna. El dirigente de Nuevas Generaciones del PP salió de la cárcel de Segovia y podrá dormir en su domicilio este fin de semana, aunque luego deberá acudir a un centro de reinserción. Cuba es todo lo contrario de un Estado de Derecho, a pesar de lo cual España ha cumplido con absoluta limpieza los compromisos jurídicos y los acuerdos políticos que han permitido el regreso del ciudadano español. En efecto, una vez transcurridos 159 días de prisión en Cuba y otros 13 en Segovia, la Junta de Tratamiento de la prisión ha valorado con todo rigor los requisitos establecidos de arraigo familiar, tipo de delito, conducta del interno y ejercicio de un trabajo remunerado, que en este caso Carromero ya desempeña en el Ayuntamiento de Madrid.

La visita de Esperanza Aguirre, presidenta del PP madrileño, refleja el apoyo de su partido al joven dirigente que se vio envuelto en un acontecimiento cuyo alcance no puede darse por cerrado con una investigación sesgada por parte del régimen cubano y con la condena a cuatro años por homicidio imprudente. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha sabido negociar con acierto la salida de Carromero, y España aplica ahora su propia normativa penitenciaria. En todo caso, no se puede admitir sin más una versión que favorece al castrismo, capaz de explotar el incidente al servicio de su propaganda interna, como es propio de un sistema totalitario. Una vez salvada la situación personal, es hora de exigir una aclaración a fondo de unos hechos extremadamente graves desde el punto de vista político y humano.

EN estricto cumplimiento de la legalidad, ayer se concedió el tercer grado penitenciario a Ángel Carromero, condenado por la dictadura cubana con motivo del accidente de tráfico que costó la vida a Oswaldo Payá y a otro líder de la oposición interna. El dirigente de Nuevas Generaciones del PP salió de la cárcel de Segovia y podrá dormir en su domicilio este fin de semana, aunque luego deberá acudir a un centro de reinserción. Cuba es todo lo contrario de un Estado de Derecho, a pesar de lo cual España ha cumplido con absoluta limpieza los compromisos jurídicos y los acuerdos políticos que han permitido el regreso del ciudadano español. En efecto, una vez transcurridos 159 días de prisión en Cuba y otros 13 en Segovia, la Junta de Tratamiento de la prisión ha valorado con todo rigor los requisitos establecidos de arraigo familiar, tipo de delito, conducta del interno y ejercicio de un trabajo remunerado, que en este caso Carromero ya desempeña en el Ayuntamiento de Madrid.

La visita de Esperanza Aguirre, presidenta del PP madrileño, refleja el apoyo de su partido al joven dirigente que se vio envuelto en un acontecimiento cuyo alcance no puede darse por cerrado con una investigación sesgada por parte del régimen cubano y con la condena a cuatro años por homicidio imprudente. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha sabido negociar con acierto la salida de Carromero, y España aplica ahora su propia normativa penitenciaria. En todo caso, no se puede admitir sin más una versión que favorece al castrismo, capaz de explotar el incidente al servicio de su propaganda interna, como es propio de un sistema totalitario. Una vez salvada la situación personal, es hora de exigir una aclaración a fondo de unos hechos extremadamente graves desde el punto de vista político y humano.