La red de contactos de Koldo se extendió dentro y fuera de Transportes

Él se dice completamente ajeno a lo que tuviera entre manos quien fue hombre de su plena confianza, pero el relato del asesor era distinto en sus relaciones con terceros. García recogía recados -ruegos y favores- que afirmaba canalizar hacia él. Llegó a decir que dos años después de haber salido del ministerio, seguía trabajando para Ábalos, sin cobrar un duro, por «fidelidad y principios».

Del sumario de la causa que viene desgranando este diario, se desprende que había tejido una red dentro y fuera del que fue su departamento, donde todavía guardaba contactos y relaciones a importante nivel. Algunos de esos interlocutores tuvieron relación directa con los contratos adjudicados a la empresa «instrumental» Soluciones de Gestión que devolvieron un beneficio neto de 16,9 millones de euros a los empresarios que estaban detrás, Juan Carlos Cueto y el supuesto comisionista, Víctor de Aldama.

Otros, simplemente, seguían en la órbita de Koldo, sin que los oficios policiales digan aún por qué. El epicentro, una marisquería de Madrid que se llama La Chalana. La definición del término en la RAE devuelve una metáfora sobre ese lugar donde el asesor recibía a su gente de confianza. Es una «embarcación menor, de fondo plano, proa aguda y popa cuadrada, que sirve para transportes en aguas de poco fondo».

Ahí viajaban los 'amigos' de Koldo, parte de ellos aún con poder en organismos públicos del Ministerio de Transportes que dirige ya Óscar Puente. En este capítulo sobresale una jornada intensa de reuniones en La Chalana que se registró el pasado noviembre.

A la mesa de Koldo se sentaron el actual subsecretario de Transportes en la cartera de Puente, Jesús Manuel Gómez García, junto a Jacobo Pombo, líder del Global Youth Leadership Forum (GYLF) que habría pagado viajes al asesor para participar en foros que organiza de jóvenes líderes en países latinoamericanos. Pombo es, como Ábalos, considerado «intermediario» de Koldo en lo que en esas fechas tenía entre manos, tratar de frustrar una reclamación de 2,6 millones de euros del Govern balear a los empresarios por venderles mascarillas fake. Del subsecretario, el sumario recoge varias referencias. Los investigadores subrayan su figura porque es el «primer jefe común» de Puertos del Estado y ADIF, los dos organismos que compraron las mascarillas en Transportes y cabe recordar que la tesis es que Koldo influyó para conseguirles aquellos dos contratos. Consta que se reunieron también el pasado 2 de febrero y se hace mención a una cita que no llegó a celebrarse. Además, el asesor le habría pedido favores para, al menos, un jefe de seguridad del ministerio que temía no renovar con la llegada de Puente, o eso decía.

Cuando se marcharon, llegó Vicente Calzado, actual director de Emfesa, la sociedad de Transportes donde trabaja el hermano de Koldo. La relación entre ambos consta fluida. Recurrió a él cuando en diciembre de 2023 temía perder su puesto. «Sé que están intentando hablar con Óscar y demás, es decir, solo para ese tema, para que él sepa que tú estás con él ¿vale?», le calmó Koldo, teniendo «pleno conocimiento» de que el 8 de enero se renovarían los altos cargos del ministerio. Habría, dice el informe, «hablado ya con Ábalos» para granjearle también su apoyo. Continuó efectivamente en el cargo, pero los informes no concluyen si fue por eso.

El siguiente en sentarse en esa mesa aquel día de noviembre fue el actual presidente de ADIF, Ángel Contreras. La Guardia Civil les retrató, pero no dio cuenta de lo que hablaron. No es el único contacto en esta sociedad pública que preservó Koldo, que fue ubicado el otoño pasado entrando en las oficinas de la ferroviaria en Madrid y recibiendo a dos personas vinculadas a las que la investigacón no consiguió identificar en un hotel próximo a las mismas.

Sin salir de esta empresa, cobra relevancia un alto cargo de recursos humanos del que, como destapó ABC, el juez ha reclamado correos electrónicos tanto de la época del contrato de mascarillas como del otoño de 2023. El hermano de Koldo, Joseba, quería enchufar en ADIF a su hijo. Le dijo abiertamente al asesor que le pidiera «el temario» de la oposición. Le llamaban 'Melchor'. Se llama Michaux Miranda y firmó el contrato de ADIF para comprar 5 millones de mascarillas. «Y además, lo metió Ábalos», dijo Joseba a Koldo.

Porque enchufes en esta trama, los hay. La mujer de Koldo acabó de asistente de la Secretaría en Transportes y al propio Joseba lo colocaron primero en Ineco y luego en Emfesa, las dos del ministerio. Consta que Koldo «había dispuesto» que su hermano pasara a trabajar como jefe de Seguridad de Correos a partir de este marzo. Joseba se lo contaba a un tercero: «De director va a poner a Pedro Saura, que era el de Paradores Nacionales» y «ese es amiguete suyo». Era 28 de diciembre. El nombramiento de Saura se anunció al día siguiente. «Se puede colegir que Koldo sigue teniendo influencia para a través de Ábalos, conseguir audiencias con el nivel político», dice el informe, después de que el asesor despachase con una responsable sindical y le dijera que le haría de puente con un tal «Pedro» que es «amigo personal de Ábalos».

La primera adjudicataria y llave para el resto de contratos fue Puertos del Estado y ahí, Koldo también conservó contactos, según el sumario. Destaca el secretario general, Álvaro Sánchez Manzanares. No se le vio en La Chalana pero la Guardia Civil cree que es la persona a la que Koldo llama 'Alvarito' y al que dice que confiaba en que le hubieran hecho presidente de Puertos del Estado.

Él afirma que con quedarse donde está ya va bien y aprovecha para preguntar si Ábalos había pujado por el ministerio «o se espera a Europa». Se emplazaron a un café para sus «cotilleos». La Guardia Civil sostiene que pudo ser el 7 de noviembre en la propia sede de Puertos del Estado.

El mapa de las relaciones de Koldo pasa asimismo por los principales implicados en la trama, Cueto y Aldama, y crece hasta nexos compartidos con todos ellos.

Los investigadores analizan las reuniones que pudo tener con dos hermanos, Cristian y Rubén Corvillo, aprovechando visitas oficiales de Ábalos a provincias de Andalucía durante su mandato. El primero, cargo ejecutivo en el PSOE de Córdoba. El segundo, vinculado a los socialistas de Zamora. Ambos en relaciones mercantiles con Aldama. También está en el radar el guardia civil retirado que llevaba el acceso de seguridad al ministerio de Transportes, aunque él si está ya imputado por sus relaciones societarias con Cueto y el propio Koldo. Es José Luis Rodríguez, otro habitual de La Chalana, y cara visible de un negocio de pizarras que podría ser una tapadera.

Apartado distinto, las relaciones que no están claras porque Koldo las menciona en sus conversaciones pero o no se acreditaron en el momento -dijo que tomaría café con el portavoz del PP Miguel Tellado en la sede de Génova para influir en la reclamación de dinero de Baleares, pero los agentes no le vieron hacerlo- o aún están por esclarecer.

Sobresale aquí el chivatazo que habría recibido de miembros de la Guardia Civil sobre la existencia de una investigación, o la supuesta influencia sobre un cargo del Instituto Armado que Koldo sacó a colación para asegurar que podría ayudar al de las pizarras en unos problemas con el Seprona. Hay otra arista que será más fácil de esclarecer. Cuando Soluciones de Gestión respondió a Baleares que la reclamación de dinero era extemporánea y estaba fuera de lugar, Koldo tuvo copia del escrito y se lo reenvió a alguien por email. Alguien, apuntaría él, que tenía mano en el tema. Aún no se ha identificado quién es.