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El PSOE quiebra otra línea roja

El pacto con EH Bildu vuelve a evidenciar el 'modus operandi' de Pedro Sánchez: romper la palabra pública y rebasar cualquier límite ético y político con tal de mantenerse en el poder

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El pacto entre el PSOE y EH Bildu para garantizar la investidura de Pedro Sánchez es el único que se ha mantenido en secreto y, sin embargo, era obvio que el apoyo de los aberzales a los socialistas no saldría gratis. Que Sánchez gobierne España ... o que María Chivite mantuviera la presidencia de Navarra exigía una contrapartida cuya primera entrega se materializó este miércoles al registrarse la moción de censura promovida en Pamplona por Bildu y el PSN y hacer descabalgar, así, la alcaldía de UPN. Este movimiento no sólo desvela el primero de los pagos con los que el Partido Socialista intentará satisfacer a los de Otegi, sino que hace saltar por los aires una línea roja, otra más, que hasta el momento resultaba infranqueable para los partidos constitucionalistas. Bildu hoy es una formación legal, pero eso no obsta para que siga teniendo una deuda moral insalvable que impide su normalización política. A principios de octubre, los aberzales fueron la única formación que se negó a condenar el ataque a la tumba del socialista Fernando Buesa en el Ayuntamiento de Vitoria. Apenas dos meses más tarde, es el mismo PSOE el que decide validar políticamente a los radicales vascos para hacer prosperar una moción de censura en el Ayuntamiento de Pamplona. Recordemos que Cristina Ibarrola, de UPN, encabezó la lista más votada en las pasadas elecciones de mayo, unos comicios en los que Bildu compareció con más de cuarenta condenados por terrorismo. Algunos con delitos de sangre.

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