Plaza Monumental de Barcelona

Ángel González Abad

Toros por Navidad

El coso barcelonés con sus extensas programaciones en cantidad y calidad, marcó durante muchos años el devenir del toreo. Y cuando se acerca la Navidad, es, sin duda, tiempo de nostalgias

Ángel González Abad

Un presente ilusionante

No se ha bajado la guardia en los años de libertad cercenada, lejos de haber bajas en ese grito de «desperta ferro» que los aficionados lanzaron en el momento en que la Monumental cerró sus puertas por decisión político-empresarial, se clama todavía con más fuerza

Ángel González Abad

Once mil metros cuadrados en plena Gran Vía

No sé si lo que le espera al coso barcelonés irá de forma paralela con el de la plaza de España, pero sobre su destino ha sobrevolado siempre la especulación, de la urbanística a la política. Siempre interesada

Ángel González Abad

Solo Morante es capaz

Lo que darían los aficionados de la resistencia catalana por ver anunciado de nuevo a Morante en Barcelona. Un sueño

Ángel González Abad

La mujer que conmocionó la Monumental

La presentación de Conchita Cintrón en la Ciudad Condal fue todo un acontecimiento: la tarde de un jueves puso la Monumental a hervir

Ángel González Abad

Día de la Tauromaquia, también aquí

El logo de la Diputación de Barcelona en el cartel anunciador de la jornada y la autorización del Ayuntamiento de L'Hospitalet, es un pasito hacia la normalización

Ángel González Abad

Un 23 de abril…

El día de Sant Jordi se ha vestido en numerosas ocasiones con el mejor toreo sobre la arena de la Barceloneta, Las Arenas y la Monumental

Ángel González Abad

El niño que quería ser Chamaco

Todo lo que hacía Chamaco en el ruedo de la capital catalana tenía una honda repercusión en la ciudad. Barcelona se hizo chamaquista

Ángel González Abad

Hotel Oriente

En sus señoriales salones se reunían toreros y aficionados los días de corrida, que en la Barcelona pretérita eran muchos. De allí salían plenos de ilusiones los diestros hacia la plaza, allí se celebraban éxitos y se rumiaban fracasos. Allí surgían enconadas tertulias…