Marlaska, al segundo director en dos meses: «Llegas en el mejor momento de la Guardia Civil»

Leonardo Marcos es también el segundo director general del Instituto Armado en dos meses, inédito; el sustituto de Mercedes González, la 'brevísima', y de María Gámez, a cuyo marido cercan las causas judiciales, razón por la que optó por dimitir a finales de marzo.

Marlaska orilló cualquier cuestión política en esa alusión. Sus palabras iban enfocadas a la gestión, nombrando como ha hecho a un gestor, a un técnico que lleva media vida trabajando en la Administración y tres en el Ministerio. «Leonardo es director general, si ganan los suyos, y nivel 27, si no», ironizan fuentes del Cuerpo.

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Pablo Muñoz

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El ministro reivindicaba «el mejor momento de la Guardia Civil» por lo que él considera la mejor gestión. «Voy a alejarme de modas o formulismo para pronunciar una palabra poco atractiva, que no genera réditos, pero, como sabéis, en esta administración no buscamos las rentas. Esa palabra es gestión». La recalcó tres veces para dulcificar ese «mejor momento» del Cuerpo. «Debemos decirlo con la cabeza bien alta, y hablar de Igualdad, hablar de eficacia, de mejores medios, de más agentes, mejor formados, de mejores salarios».

Ni el último guardia parapetado en su tricornio contra el sol ni el primer teniente general, el DAO, torcieron el gesto, pero la frase de marras se coció a fuego lento en cada uno. Se cuchicheó con el debido respeto en los corrillos posteriores, sin alharacas, en la línea de la Guardia Civil.

No solo porque están bajo el mando del tercer director en poco más de tres meses, sino porque a ellos más que a nadie les pesa el sambenito del caso Cuarteles y de las derivadas de Tito Berni, con dos exgenerales manchando uniformes.

«Tal vez no era el día de presumir de nuestro 'momentazo'. La Guardia Civil es mucho más que sus directores generales o esos excompañeros a los que nosotros mismos pusimos en la picota, pero aun así hay momentos en los que no toca sacar pecho. Y este es uno de ellos».

Otra frase de Marlaska también se presta (mucho más a las puertas de una campaña electoral anticipada, de tiempos y pactos) al menos a los dobles sentidos: «No eres el primero ni serás el último de los que pueden decir con orgullo que han encabezado una organización como esta, pilar hoy de un Estado moderno, plural, diverso, democrático y de derecho. Pero sí, estoy seguro, serás de aquellos que podrán decir que lo han hecho guiados exclusivamente por el bien común (...)».

Era el momento de introducir el tradicional agradecimiento protocolario a la antecesora, un clásico. Pero ni Marlaska ni el nuevo director agradecieron nada a Mercedes González, sentada abanico en mano en la fila de autoridades. No la nombraron ni para bien ni para mal. Ni siquiera estaba del todo confirmada su asistencia a la toma de posesión poco antes.

«Debemos hablar de éxitos, que son de todos, que son de cada uno de los hombres y mujeres del Cuerpo, y a los que hemos llegado por un camino: por la senda de la gestión. Ese es, y no otro, el servicio a la patria», insistió el ministro del Interior, que habló también de quienes pagaron peajes, no su Gobierno, y de «la política de los malos políticos».

Leonardo Marcos, el hombre que puede ser director general dos meses y pico (si cambia el Gobierno) o años, depende del 23-J y los pactos posteriores, mostró su carácter conciliador y técnico. El exdirector general de Protección Civil, acostumbrado a apagar fuegos y calmar tempestades -le tocó Filomena, el volcán de La Palma, el Covid y los incendios del año pasado- destacó el papel de la mujer en la Guardia Civil, que supera el 9 por ciento. Es un porcentaje aún muy bajo, pero Marcos se centró en el «esperanzador» 30 por ciento de ingresos en las últimas promociones. «Tenemos que aprovechar su talento y su talante», dijo en un claro guiño.

Tuvo también un homenaje a los caídos del Cuerpo en la lucha contra ETA, recordó que hace 12 años se venció al terrorismo etarra y se dirigió a sus familias: «Llevamos a las víctimas en el corazón» e incluyó en su primer discurso la violencia de género, la ciberdelincuencia y los 179 años de éxitos de la Guardia Civil. Alabó al equipo de Interior del que procede y agradeció a Marlaska que haya confiado de nuevo en él, señal inequívoca, confirmación más bien de que esta vez sí ha elegido el ministro a su hombre, no como hace dos meses.

La escenografía de entonces, 4 de abril, casi repetida, salvo por la ausencia de la ministra de Defensa, Margarita Robles, en la tribuna presidencial. Llegó al finalizar el acto, tras el Homenaje a los Caídos, la interpretación del Himno de la Guardia Civil y el cierre de la parada militar con el Himno de España. No pronunció pues ningún discurso, salvo unas breves palabras en el vino informal que se celebró en el comedor de oficiales con la presencia de autoridades y de representantes del resto de Cuerpos policiales.

«El problema no es un nuevo director general, ya estamos acostumbrados. El papelón lo vamos a tener el año que viene cuando nos quedemos sin tres de los subdirectores, ya que se jubilan tres de los tenientes generales, incluida la probable jubilación forzosa del DAO si hay cambio de Gobierno».