Suscribete a
ABC Premium

PINCHO DE TORTILLA Y CAÑA

Misa de autor

Hay curas pesadísimos que cuando miran a sus feligreses y pronuncian ese fatídico «pueden sentarse», un escalofrío me recorre la espina dorsal

Luis Herrero

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Pocas cosas me han aliviado más, durante la última semana, que la bronca del Papa a los curas coñazo. Yo ya venía rumiando un cabreo sordo contra ellos desde hace tiempo, pero no acababa de tener claro si lo hacía por frivolidad personal o por ... razones objetivas. Francisco ha llevado cierta tranquilidad a mi conciencia. Ha dicho que muchas homilías son un desastre y les ha pedido a los sacerdotes que no se alarguen más de ocho o diez minutos cuando tomen la palabra. Veremos si le hacen caso. Yo no soy demasiado optimista. Ya dijo algo parecido en una exhortación apostólica al comienzo de su pontificado y queda claro, diez años después, que su empeño ha servido para poco.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia