Soldados rusos arrepentidos confiesan sus crímenes en Ucrania: «He ejecutado y saqueado a civiles»
Pavel Filatev, exparacaidista, ha escrito un libro contra la guerra que ha levantado gran revuelo en su país. En él afirma: «Nos engañaron; nos mintieron sobre los motivos de la invasión»
Se ha visto obligado a llevar una vida clandestina y a cambiar de residencia por las constantes amenazas para, al final, abandonar su país
Pavel Filatev, sobre estas líneas
«Nos engañaron», denuncia el exparacaidista Pavel Filatev, que acaba de escribir un libro contra la guerra y sobre sus experiencias en el frente ucraniano que ha causado gran revuelo en Rusia. Lleva por título «ZOV» (La llamada). En sendas entrevistas con 'The ... Guardian' y con el portal opositor ruso 'Mediazona', ha acusado al Kremlin de mentir a los soldados sobre los motivos de la invasión. Como consecuencia, a sus 33 años, se ha visto obligado a «cambiar todos los días de residencia, llevar una vida clandestina para hacer frente a las amenazas y, finalmente, abandonar mi país».
Filatev afirma que el Ejército ruso «sabe muy bien que no está defendiendo la verdad«. Se siente respaldado por la población rusa y calcula que «solo el diez por ciento de las personas que han contactado conmigo después de leer el libro me han insultado o se han mostrado en contra».
«Ni un solo soldado me ha dicho que sea un traidor o un cobarde. Muchos de mis colegas me escribieron, me apoyaron y me agradecieron que esté contado la verdad. No tienen que hacerlo, simplemente no saben cómo actuar. Lo único que me diferencia de ellos y por lo que he estado dispuesto a hablar es que no tengo esposa ni hijos. Soy responsable solo de mí mismo».
Filatev tiene la intención de donar las ganancias de las ediciones internacionales de su libro, que se traducirá en breve al inglés, al alemán y al francés. «Hasta el último céntimo», ha dicho, para las víctimas civiles de la guerra de agresión en Ucrania. Los traductores quieren trabajar gratis. Los primeros extractos aparecieron publicados el 10 de agosto por el portal en línea «Istories».
La población está asustada
«La mayoría en el Ejército está insatisfecha con lo que está sucediendo allí, insatisfecha con el gobierno y sus mandos, insatisfecha con Putin y sus políticas, insatisfecha con un ministro de Defensa que no sirvió en el Ejército», afirma. Rusia ha iniciado una «guerra terrible»: «Todos nos hemos convertido en rehenes de muchos factores, como la venganza, el patriotismo, el dinero, las deudas, las carreras, el pánico. Creo que estamos jugando [al riesgo]«. Atribuye la pasividad de la sociedad rusa, consciente de lo que está pasando, a que «la población está asustada».
«Yo no tenía miedo a morir, sino a la vergüenza de dar mi vida por toda esa mierda de caos y corrupción del Ejército y a la guerra devastadora a la que nos ha arrastrado el Gobierno »
Filatev habla de una «terrible corrupción y caos» en el Ejército, culpa a una flagrante escasez de medicamentos de la muerte de muchos soldados, denuncia automutilaciones, relata casos de «abuelas» que, enojadas por la destrucción, ofrecieron pasteles envenenados a los soldados. Y después del terrible y desolador anecdotario, llega a la conclusión de que «Yo no tenía miedo morir, sino a vivir con esa vergüenza, de dar mi vida por esa mierda. Llama a los rusos a reaccionar, aunque explica que «la sociedad está intimidada, asustada, todo el mundo busca las palabras, todo el mundo tiene miedo de expresar sus pensamientos con sinceridad y honestidad«.
En cuanto a la moral del ejército, asegura que está literalmente «baja». «¿Por qué luchan? No lo saben, pero sabes que como soldado no tienes derecho a hacer el ridículo. Al mismo tiempo, el ejército ruso no quiere seguir luchando. No por miedo, sino porque entiende que el Gobierno lo ha arrastrado a una guerra devastadora. Una guerra problemática en la que no hay verdad. La mayoría de los miembros del ejército ruso no sienten que la verdad les cubra las espaldas«.
«El ejército «no está ciego«, continúa, «las bajas civiles son tan evidentes como los numerosos edificios destruidos, incluso los soldados de a pie lo saben». «Estamos jodidos, lo siento», lamenta, «incluso los miembros de la policía antidisturbios, que han estado ocupados poniendo orden en las áreas ocupadas detrás de las líneas del frente, con balas de goma, están en parte consternados y han renunciado».
Arrepentidos de los crímenes de guerra
Ahora es un hombre diferente«, dice el entrevistador Lukas Harding sobre Filatev: »Sigue siendo fuerte y elocuente, pero la guerra y el estrés le han pasado factura. Sus mejillas llenas de cicatrices están cubiertas por una barba de dos semanas. Puede usar su mano derecha, con un ojo todavía no puede ver correctamente, y se ríe amargamente por el hecho de que le preguntó a un periodista extranjero sobre el ejército ruso.
La plataforma de investigación rusa iStories ha publicado también los testimonios de algunos otros soldados rusos, arrepentidos de su participación en la invasión de Ucrania y que han confesado crímenes de guerra. «Yo, Daniil Andreyevich Frolkin, confieso todos los crímenes que cometí en Andriyvka: ejecutar a civiles, saquear a los ciudadanos, confiscar sus teléfonos», ha relatado el soldado ruso de 21 años, perteneciente a la 64ª Brigada de Fusileros Motorizados, que recibió un título honorífico del presidente ruso, Vladimir Putin, por su servicio cerca de Kiev.
El comandante de su unidad dio la orden de matar a los civiles, ha explicado Frolkin, «me gustaría pedir que se castigue a nuestros comandantes y que permitan que los cuerpos de los soldados muertos sean entregados a sus familias«.