Curiosidades de Sevilla: tal día como hoy, 14 de marzo pero de 1989, conocimos a Curro, la mascota de la Expo 92
HISTORIA DE SEVILLA
El pájaro multicolor y con patas de elefante, creado por Heinz Edelmann, fue presentado en Madrid dos años antes de la celebración de la Exposición Universal de 1992
El día que Curro se vio «con el agua al cuello»
Expo 92 de Sevilla: treinta años después, la historia no ha tenido fin
Sevilla
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Iniciar sesiónCurro, la mascota de la Expo 92, ha cumplido 34 años. La obra de Heinz Edelmann está en la flor de la vida y por él no pasan los años. Se demuestra en que el 'merchandising' que se preparó para la celebración de ... la Expo hace 32 años, las camisetas, gorras llaveros y posters se han convertido en un artículo de coleccionista. No hace mucho en Sevilla hubo dos exposiciones simultáneas sobre la simpática mascota que se metió a todos en el bolsillo. Y es que los artistas siguen creando sobre este pájaro que se ha convertido en un símbolo de la ciudad y una época.
Pero quizás, algunos no sepan que elegir a Curro fue una ardua tarea. Este pájaro multicolor, con patas de elefante, una gran cresta y un pico cónico con los colores del al arco iris fue seleccionado entre cuarenta diseños de veintitrés autores que habían tomado parte en el concurso convocado para ello.
Finalmente, el jurado eligió tres mascotas: las de Heinz Edelmann, conocido por haber participado en los dibujos animados de la película de los Beatles «El submarino amarillo»; Miguel Calatayud, ilustrador que había trabajado en los años 80 con el club juvenil de El Monte de Piedad sevillano; y el dibujante de ABC Antonio Mingote. Tal y como contaba Javier Rubio para este periódico, la elección de la mascota se vio enseguida envuelta en la polémica.
«La presentación oficial en Madrid se realizó a través de un cortometraje de animación de 40 segundos de duración en los que Curro surgía de un arco iris, cuyos colores se le pegaban a la cresta antes de mirarse en un charco donde se refleja el arco iris del firmamento: finalmente, se bebe el agua y los colores se le quedan fijados a la trompa. No hubo muñecos en tres dimensiones por la premura con que se había organizado», relata Javier Rubio en su crónica.
Su diseño quedó registrado en 42 clases o modelos de utilidad que abarcaban la práctica totalidad de productos disponibles en el mercado industrial, esas que citamos al principio como objeto de coleccionista. No es extraño toparse con estos recuerdos en webs de segunda mano a un precio de venta muy superior al que se obtuvo en el 92.
Arrancaba así una larga vida que hoy cumple treinta y cuatro años de vida en los que se ganó a los sevillanos y muy especialmente a los niños. Heinz Edelmann se lo sacó de la cabeza después de haber «roto como unos doscientos esbozos», confiesa el escritor Julio Manuel de la Rosa en el librito con que Pedro Tabernero, algo así como el productor ejecutivo de aquella película a todo color que fue la elección de la mascota de la Expo 92 , homenajea al autor de la mascota Curro.
¿Por qué lo pinto como lo pintó?
«Hice un pájaro porque vuela y es libre ». ¿Y esa nariz?, le preguntaron abiertamente extrañados: «Pues porque me dio la gana», que fue lo que vino a decir más o menos Heinz Edelmann en una entrevista. Los documentos con las directrices para reproducir la mascota en diferentes formatos, para el 'merchandising' y la animación eran muy explícitas: «La nariz debería ser algo desigual (también en los juguetes duros) y nada rígida», por ejemplo.
El desarrollo del primer boceto explicaba que la cresta debía ser blanda en todos los peluches, que las alas debían tener marcados un esbozo de dedos y «en algunos casos, los pulgares podrían ser necesarios». El personaje «no tenía dientes» , la pierna tenía tres pies y la cabeza estaba ligeramente ovalada.
También incluía indicaciones en caso de personajes de animación muy pequeños, en los que proponía que «sería más inteligente eliminar uno o dos de los colores del arcoiris» del pico, que el autor llamaba nariz a pesar de tener forma de trompa. Edelmann sugería que todos los dibujos animados a partir del personaje de su invención deberían dibujarse con «una línea suelta ondulada».
La joven que le dio vida
Unas personas desconocidas pero fundamentales para la existencia de esta mascota, fueron aquellos que se enfundaron el traje de Curro y pasearon por el recinto sevillano. Una de las jóvenes que daba vida a Curro: «La experiencia fue claustrofóbica». El equipo de «¿Dónde estabas entonces?», del canal de televisión La Sexta ha indagó en su momento hasta encontrar a una de las 4 personas que había dentro de Curro. Eran tres chicas y un chico y todos ellos tenían 20 años.
La protagonista entones fue Lucía, una sevillana que decidió presentarse al casting para ganar un poco de dinero. Llegó al trabajo afirmando que tenía una gran experiencia, algo que no era cierto, ya que nunca antes había llevado a cabo esa tarea.
Durante el programa le contó a Ana Pastor, presentadora del espacio, que fue una experiencia muy complicada porque el muñeco era hinchable y hacía en torno a diez grados más dentro de él, además de que ese año el verano fue más cálido de lo normal en Sevilla. Al conocer su testimonio, quizás, enturbia un poco la imagen que todos los niños tenían de la mascota y de los grades momentos vividos junto a ella, por ejemplo, durante las cabalgatas en el recinto de la Isla de la Cartuja.
¿Dónde vive retirada la mascota de la Expo 92?
Su vida fue como la de la leyenda de las estrellas de rock, corta e intensa, pero al acabar la Expo 98 el extraño pájaro no se extinguió del todo. Sobrevive, en los artículos que los sevillanos guardan 'como oro en paño' y en lo que puede considerarse su reserva protegida, su lugar de retiro en Alcalá de Guadaíra, concretamente en Romano Antigüedades, junto a otros muchos elementos constructivos y decorativos de la exposición universal.
Allí hay más de cien «Curros» que aún saludan con la mano y lucen el logotipo de la Expo. Son una parte de los balancines para niños que se instalaron por todo el recinto de la Cartuja y que tuvieron mucho uso. Con una moneda de cien pesetas se accionaban y asiento en el que iba el niño se movía a la par que lo hacía también la figura de Curro y hablaba presentándose e invitando a dar un paseo con él.
Las máquinas aún funcionan, hay más de cien y están a la venta. Convertidas en atracción infantil y en antigüedad a la par su precio es de: 450 euros. Algo menos si se quiere sólo la figura de Curro.
Los han comprado bares que los mantienen como atracción en funcionamiento, particulares nostálgicos de la Expo, abuelos para sus nietos o incluso algún colegio. El custodio de los «curros» es Alejandro Rico, un licenciado en Farmacia y doctor en Química que a falta de trabajo en su sector se ha hecho cargo del negocio familiar. Cuenta que su padre supo ver que muchas de las cosas que se vendieron en la Expo 92 tendrían un valor en el futuro. Por ello, en naves y al aire libre conserva de todo: muebles, puertas, tejas, cuadros, coches, maquinaria, chapas, ventanas, piezas de aluminio y todo tipo de objetos artísticos.
El mejor resumen de lo que supuso la mascota de la Exposición Universal de 1992 lo expone Manuel Olivencia, excomisario de la muestra universal: «Curro triunfó y contribuyó al éxito de Expo92. Es más, se excedió en su papel de mascota y detentó el de representante de la Exposición; alternó con jefes de Estado y altas personalidades, a quienes tuteó y abrazó». Tal como un día había salido de la mente de su autor, Heinz Edelmann.
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