el batallón

La rumba de los Guatifó

Solo cuando comenzó a aflorar parte del latrocionio a manos llenas del nacionalismo surgió el «España nos roba»

«Ole y ole... Oleguer». Ese era el chimpún final con el que termina la rumbita catalana del 'Tres per cent' que los Guatifó sacaron por las calles de Cádiz hace más de un lustro. Los Guatifó no eran una chirigota al uso, de las ... que compiten en el concurso del teatro Falla, preferían esa especie de 'off-Broadway' caletero que son las agrupaciones callejeras que van de la Viña al Mentidero recorriendo la Tacita con toda la gracia a cuestas y sin gota de sed, todo sea dicho. Los Guatifó han dejado piezas memorables en muchos febreros de este siglo y una de ellas es esa rumbita del 'Tres per cent' en la que radiografiaban con cuatro estrofas y un estribillo la colosal mangoleta del nacionalismo personificada en la que fuera 'la primera familia de Cataluña' y cuyas peripecias en todos los paraísos fiscales del planeta serán objeto (cuando Dios quiera, porque la cosa va lenta) de una vista oral en la que todo el clan se sentará en el banquillo. El papá, Jordi hijo, Josep, Pere, Oriol, Mireia, Marta y Oleguer, el del ole del chimpún de la copla.

Más ligera ha ido la instrucción del caso del 3 por ciento, para cuyos protagonistas, 'convergentes pata negra', la Fiscalía pide hasta 21 años de cárcel por el indebido trasteo de 28 millones de euros. Ya fueron condenados Osàcar (tesorero de Convergència), Millet y Montull en el caso Palau, donde la justicia determinó que el saqueo fue de (al menos) 23 millones. Y también lo fueron Alavedra y Prenafeta, pujolistas de primera hora, en el caso Pretoria, donde el cerebro de la trama tenía hasta alias, 'Luigi' le llamaban, y había sido diputado del PSC. Sumen otros (también al menos) 15 milloncejos al botín que elementos del nacionalismo metieron en sus bolsillos y en la caja de CDC, a través de mordidas que se extendieron (tercer al menos) de 1999 a 2009, lo que engloba tanto los últimos años de Pujol al frente de la Generalitat como la etapa de Artur Mas como jefe de la oposición.

Cuando todo este enorme expolio empezó a salir a la luz -quizá sólo las primeras pelusas del vertedero oculto bajo la alfombra del nacionalismo- vino lo del «España nos roba», la 'excusa perfecta' que dio pie a ese paso al frente hacia el separatismo de los convergentes que hasta entonces se había circunscrito a ERC, a la que los socialistas llevaron al cogobierno de la Generalitat con aquel mequetrefe de Carod-Rovira, el de la infamia de Perpiñán, que negoció con ETA que no matara catalanes y se centrara en liquidar 'españoles'. Pero esa es otra historia, más triste que la del robo al erario público pues define la catadura moral y la sentina que parte del separatismo tiene en la cabeza.

La rumbita catalana del 'Tres per cent' de los Guatifó debería ser de escucha obligatoria en todos los colegios de Cataluña, claro que la letra es en castellano y así es difícil. Pero supone una inmersión en ese latrocinio a manos llenas protagonizado por el nacionalismo en Cataluña. Sale en la copla hasta el abuelo, el de la herencia envenenada, que ya formó parte de la primera lista de evasores fiscales que se hizo en España. Así consta en la página 3.289 del BOE del 9 de marzo de 1959, donde aparece Florencio Pujol Brugat. Como diría Geri Piqué, con él empezó todo... y parece que desde entonces no han parado.

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