Alemania se desliza hacia una larga recesión

El dato ZEW de confianza inversora de agosto dibuja una perspectiva bastante más sombría que hace unas semanas

La industria automotriz alemana se encuentra en el ojo del huracán ABC

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Berlín

La inflación y las interrupciones en las cadenas de suministro ya venían anunciando una incipiente recesión de la economía alemana, pero el dato ZEW de confianza inversora de agosto dibuja una perspectiva bastante más sombría. «Vamos a una recesión dura y larga, más larga ... de lo que esperábamos», remodela su pronóstico Thomas Gitzel, de LiechtensteinVP Bank, después de conocer la caída de agosto del índice ZEW, que elabora el Centro de Investigación Económica Europea de Mannheim.

Los analistas esperaban un estancamiento. Ahora ya cuentan con que la locomotora europea sufrirá después del verano. «Es probable que el PIB alemán se reduzca ya en el trimestre en curso», adelanta Gitzel, «y eso quiere decir que la recesión ya ha comenzado, porque nadie espera un repunte en la economía en el último trimestre».

Además de la inflación, las cadenas de suministro en crisis y el final de la época del dinero barato, «la sequía está causando problemas a la industria por los trastornos que ocasiona en el tráfico fluvial, las consecuencias pueden ser devastadoras», advierte Holgr Loesch, subdirector general de la Federación de las Industrias Alemanas (BDI), que resume el estado de ánimo: «La situación era ya muy tensa y ahora ha empeorado». «El índice ZEW ya había caído fuertemente en julio y los costes adicionales del gas y la electricidad a partir de octubre están teniendo ya un impacto negativo muy significativo, particularmente en los sectores de la economía más relacionados con el consumo», explica el experto del ZEW Michael Schröder, que solo excluye de sus augurios a los bancos, aliviados por la rebaja de los tipos de interés decretada ya por el BCE y que tendrá secuelas en otoño. «El saldo de expectativas está en su nivel más bajo desde la crisis financiera de 2008», coincide Ulrich Wortberg, analista de Helaba.

La recesión se acerca, por tanto, rápida e implacablemente. Y Alemania no es sino un nudo en la red depresiva que se dibuja a escala global. Así lo señalaba también el recientemente el informe «Turnaround and Restructuring», de la consultora AlixPartners. Alrededor de 600 gerentes de alto rango, miembros del consejo de supervisión, asesores financieros, banqueros de inversión, bufetes de abogados, reorganizadores e inversores de capital privado de varios países y sectores fueron encuestados en todo el mundo en mayo. Procedían de Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia e Italia, así como de Oriente Medio y África. El 83% de ellos reconoció que esperaba una recesión en su región en los próximos dos años. En Alemania, el 71% de los participantes incluso contaba por adelantado con una recesión económica dentro de los doce siguientes meses, el 26% este mismo año. Lo que revela el último dato ZEW es que Alemania no solo se verá afectada antes que otros países, sino también mucho más fuerte, debido a su estructura económica. «Alemania ve sus sectores industriales centrales particularmente afectados, ya que estas industrias también suelen tener cadenas de suministro altamente desarrolladas y diversas», explica Rainer Bizenberger, director general de AlixPartners y uno de los dos autores del estudio.

La industria automotriz alemana se sitúa en el centro del huracán, con al menos el 40% de las menciones. Le siguen la industria manufacturera, el comercio, la industria del petróleo y el gas y la industria química. A nivel internacional, el orden es ligeramente diferente. Los expertos ven el mayor peligro en el sector manufacturero, seguido por el comercio y los bienes raíces comerciales y luego ya la industria automotriz y el sector de bienes de consumo, un orden debido a la inflación y a los problemas de la cadena de suministro. En Alemania, en cambio, es diferente. Solo el 18% de los expertos ven la inflación como la principal causa de la recesión, mientras que el 54% apuntan a los problemas de suministro que se producen y las consiguientes interrupciones en la cadena de producción y ventas.

«Diseñar estas cadenas de suministro de tal manera que las alternativas se establezcan rápidamente sin crear dependencias nuevas y fatales en mercados, proveedores o países individuales es una de las tareas más urgentes para las empresas alemanas a corto plazo», explica Bizenberger, «hasta ahora, la selección de proveedores y nuestras propias ubicaciones se basaban en cuestiones como la calidad, los costes y la confiabilidad en la entrega. Ahora, sin embargo, las empresas también deben considerar la dimensión geopolítica». Sugiere a los inversores que es importante ahora revisar y limpiar la propia cartera porque «es muy probable que el período de sufrimiento dure mucho tiempo».

«Se espera un escenario U, es decir, una caída profunda y luego permanecer en un nivel bajo durante un período de tiempo más largo», describe Axel Schulte, también autor del estudio y socio gerente de AlixPartners, que espera un aumento de los casos de reestructuración en los próximos meses. «No necesariamente tiene que resultar en quiebras», dice Schulte, «el escenario final dependerá de cómo se reaccione ante los primeros acontecimientos negativos».

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