La última y cruel muerte de «Juego de Tronos» indigna a sus fans

En el capítulo de este domingo, Stannis Baratheon (Stephen Dillane) eligió quemar viva a su propia hija , Shireen (Kerry Ingram) para comenzar su cruzada hacia el Trono de Hierro. El motivo de este terrible crimen es que Stannis se encontraba en una posición insostenible, con Ramsay dirigiendo una partida de saqueadores dispuestos a quemar su comida y matar a sus caballos. Con el invierno empeorando, Melisandre le pide que sacrifique a su hija por la causa.

La escena ha sido especialmente dura para los fans porque Shireen era uno de los personajes que aún mantenía algo de inocencia. Sus padres eran distantes y estaba confinada en una torre, pero era relativamente feliz y estaba enamorada de los libros. Incluso desarrolló una relación con Davos, a quien enseñó a leer.

Esta muerte no ocurría en los libros, pero el showrunner de la serie, David Benioff, confesó en el making of que la idea había sido de George R.R. Martin, por lo que puede ser que ocurra en próximos libros.