Andrew Garfield: «Spider-Man es una metáfora para nuestras vidas»

El personaje de Peter siente como «si hubiera un patrón que se repite en su vida por el que la gente se marcha de su lado», afirma el actor , que explica que Parker ve cómo la gente se marcha «abandonándole como cree que es el caso de su padre y su madre o muriéndose como pasó con su tío Ben». Este sentimiento por el cual cree que «está destinado a estar sólo» marca la batalla interna entre el superhéroe y el humano que se refleja en esta cinta que dirige Marc Webb después del éxito de la primera.

La relación del protagonista con su novia , Gwen Stacey ( Emma Stone ), cobra importancia por lo que significa para el personaje ya que, como revela Garfield, «Peter se siente torturado por el fantasma del padre de Gwen y la promesa que le hizo y por cómo puede seguir en esta relación pero también cumplir el deseo final de ese hombre moribundo». Esto genera una gran crisis en la pareja sin que la joven Gwen entienda qué le pasa a su chico que «se siente atraído por esta mujer pero no cree que deba seguir sus impulsos», recalca el actor.

En esta ocasión, Spider-Man se verá las caras con dos terribles villanos, Max Dillon/Electro y Harry Osborn/Duende Verde , que sufren una gran transformación a lo largo de la historia porque «creen que Spider-Man tiene que hacer exactamente lo que ellos necesitan que haga y si no «se sienten traicionados» explica Garfield aunque, aclara «no son traicionados por Spider-Man es sólo una cuestión de perspectiva». Spider-Man intenta protegerles a los dos «pero se confunden» por cómo tanto Harry ( Dane DeHaan ) como Max ( Jamie Foxx ) se sienten hacia el resto del mundo y siempre están alerta por si van a ser traicionados de nuevo».

Para el actor, Spider-Man es muy especial para la gente porque, detrás de la máscara y del superhéroe hay «un chico de clase obrera con problemas económicos, que tiene los mismos problemas que tenemos», lo que según Garfield, «nos da esperanza para nuestra vida porque puedo ser un desastre y ser imperfecto pero también vivir mi destino, sea el que sea». «Es una metáfora para nuestras vidas» concluye Andrew Garfield.