«La LEGO Película»: al asalto de la taquilla, ladrillo a ladrillo
La marca de juguetes, que se pasó al plástico por el incendio de su fábrica, inspira una cinta de aventuras dirigida al público infantil
pablo pazos
Cuando Ole Kirk Christiansen empezó a fabricar juguetes de madera en la localidad danesa de Billund, allá por 1932, el cine daba sus primeros pasos. Ese año se estrenaron Scarface: el terror del hampa , de Howard Hawks ; y La parada de los monstruos ... , de Tod Browning . Difícilmente podía imaginar Christiansen que, algún día, su empresa familiar, Lego, llegaría a inspirar una película que previsiblemente arrasará este fin de semana en la taquilla de Estados Unidos y el resto del mundo.
Un filme que nunca se habría rodado sin un evento clave: el salto que dio Lego al plástico en 1949, a iniciativa de uno de los hijos del fundador, después de que un incendio arrasara la fábrica. Era el inicio de los hoy famosos ladrillos de colores que se utilizan para fabricar los «sets» que constituyen la imagen de marca de la empresa. Y como se trata de reinventarse para no morir, el último paso tiene forma de película.
«Jamás habíamos oído hablar tanto de Lego como ahora», confiesa Alfonso Torrón, portavoz de la compañía en España, que se deshace en elogios hacia el resultado de La Lego película . 100 minutos de aventuras protagonizadas por una figurita de Lego al que, por error, confunden con un héroe que puede salvar al mundo, y que acaba formando parte de un equipo con una misión crucial: derrotar a un malvado villano que amenaza con destruri el universo.
Es la última «pirueta» creativa de una compañía que de la madera pasó al plástico y, en los últimos años, ha acudido a los videojuegos y las aplicaciones para teléfonos móviles con la premisa de no perder comba con los nuevos tiempos. «A partir de los 10-11 años los niños ven otras oportunidades, hay consolas y tablets», explica Torrón. «Hay que adaptarse creando temáticas más adultas, como Star Wars», alude en referencia a la actual joya de la corona de sus «sets» de construcción.
Torrón admite que «siempre se ha asociado a Lego con juego muy educativos, muy complicados. Y no sólo es construcción, también diversión». En ese sentido, interpretan el lanzamiento de la película como la oportunidad de ofrecer «un aire más fresco y dinámico». La película contiene 16 escenarios que, a su vez, saldrán a la venta en forma de sets. El negocio se retroalimenta.
DE NIÑOS A ADULTOS
Lo que Lego persigue, en definitiva, es «ser una marca cíclica: comenzar con los pequeños y seguir con los mayores», a través de distintas líneas que van desde lo más básico hasta modalidades que emplean unas 2.000 piezas, pensadas en el usuario «profesional». Actualmente sus productos están presentes en más de 130 países, con fábricas en la República Checa y Méjico, y próximamente en China; esta última, para abastecer los mercados asiático y australiano.
Aires de expansión que contrastan con una etapa, entre 2000 y 2001, que Torrón define como «bastante difícil», una época en la que la compañía padecía «una diversificación enorme: juguetes, una línea aérea, parques temáticos, línea textil...» El volantazo pasó por centrarse en los juguetes. Desde 2005 la firma enderezó el rumbo.
La apuesta por trasladar su universo de figuritas y ladrillos a la gran pantalla está llamada a terminar de forma exitosa. Según informa Variety , se estima que la película obtendrá unos 45 millones de euros (60 millones de dólares) en Estados Unidos en su primer fin de semana. O lo que es lo mismo, el mejor arranque de un filme en 2014. Algo impensable cuando Ole Kirk Christiansen tallaba muñecos de madera en Dinamarca en los años 30.
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