San Valentín (o la llamada de lo salvaje)

El búho barreado (Strix varia), del que existen documentadas tres subespecies en Estados Unidos y Canadá y una cuarta, en México. Esta rapaz nocturna es monógama . Así que puedes establecer su intrigante ulular como tono de llamada para tu novi@, por ejemplo. Los búhos rayados, que se alimentan de pequeños roedores, peces o anfibios, instalan su hogar en las cavidades de los árboles. Vosotros podéis celebrar San Valentín con otro opíparo y omnívoro festín en la intimidad de vuestro nidito de amor.

La situación del búho barreado, cuyas poblaciones se extienden a lo largo de toda América del Norte , entraña «peligro» en los estados de Delaware y Nebraska. Los disparos y los atropellos fortuitos suponen sus principales causas de mortandad no natural. Prepara un buen detalle para sorprender a tu pareja si no quieres que la casualidad también se cebe contigo y tu desidia.

El gato montés (Lynx rufus), del que se conocen doce subespecies en Norteamérica . Este félido salvaje se caracteriza por su carácter solitario y territorial. Así que puedes establecer su potente mayido para imprimirle acento a tu móvil si eres solter@. Por supuesto, desde Canal Natural te invitamos a ir de «caza» aprovechando que Cupido saldrá también con su arco hoy.

El gato montés se adapta bien a cualquier zona; toda una ventaja. Aunque las tareas de alimentación y procreación se le complican cada vez más debido a la reducción drástica que sufre su hábitat como consecuencia de la agricultura intensiva que se desarrolla en ciertas comunidades locales radicadas dentro de su área de distribución original (desde el sur de Canadá hasta el norte de México). Prepara un mapa y ármate de paciencia -te adentres bien en pleno bosque o en mitad del desierto-.

El ciervo canadiense (Cervus canadensis), del que quedan cuatro y dos subespecies, respectivamente, de las seis y cuatro variedades de uapití descritas históricamente en Norteamérica y Asia . Este cérvido produce una de las llamadas animales más estrepitosas de la naturaleza. Así que puedes establecer su distintivo rebramo como símbolo de tu poderío amatorio.

Los machos de wapití poseen grandes harenes, por lo que rara vez tienen tiempo para comer o dormir; de hecho, algunos pierden hasta un 20% de su peso corporal durante la época de apareamiento. Lo que no echan de menos a lo largo de esos días, porque la llevan bien adherida a su testa, es su magnífica cornamenta , que emplean para proteger a sus hembras .

El somorgujo común (Gavia immer), del que no se han acreditado subespecies, también destaca a su manera. Esta ave gaviforme es una nadadora consumada. Sin embargo, en tierra firme, a la que solo acude para aparearse e incubar sus huevos, su anadeo resulta poco atractivo. Por suerte, las monedas canadienses de un dólar representan su figura. Así que puedes establecer los trémulos gemidos del colimbo grande como señal de que vales tu peso en oro si anhelas econtrar un compañer@.

El somorgujo común se hace oír a través de las aguas de los aislados lagos de agua dulce donde habita en verano ( Alaska , Canadá y el norte de Estados Unidos), mientras se reproducen. Pero no tienen cómo combatir las plomadas de pesca y mercurio que lo acechan, producto de la contaminación derivada de las actividades cotidianas humanas. Un final «envenenado», como el de Romeo y Julieta, pero sin «comerlo» ni «beberlo» de motu propio.

El Centro por la Diversidad Biológica dispone de un amplio catálogo que puedes consultar/escuchar para identificar con qué grupo taxónico vulnerable casas más. ¡Buena búsqueda!