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PROYECTO LIFE+

Oso pardo: bosques para alimentar y conectar

Durante los últimos tres años se han plantado más de 90.000 árboles en el entorno de diez municipios de Castilla-León para favorecer el movimiento y dispersión entre las dos subpoblaciones cantábricas, contribuyendo a la recuperación demográfica y genética de la especie

RUTH PILAR ESPINOSA

Hasta mediadios de la década de los noventa del siglo pasado el oso pardo parecía condenado a desaparecer como consecuencia de la persecución humana y la disminución de sus hábitats.

Sin embargo, aunque en la actualidad su número va en aumento, los osos pardos todavía se estructuran en dos subpoblaciones separadas por el territorio central de la cordillera Cantábrica , donde los bosques son más escasos y el efecto de las actividades humanas ha sido más acusado, explican desde la Fundación Oso Pardo (FOP) .

La FOP ha coordinado durante los últimos tres años el proyecto Life+ «Desfragmentación Oso», centrado en asegurar la viabilidad a largo plazo de la especie. Se trata de la continuación de otro programa, también auspiciado por la Comisión Europea, « Corredores de comunicación para la conservación del oso pardo cantábrico», en el que ya se realizó la adquisición de fincas y montes, la plantación de 17.500 árboles frutales y jornadas informativas y de educación ambiental dirigidas a «combatir los miedos y recelos esperables de los leoneses y asturianos no habituados a compartir el espacio con el plantígrado», señalan desde la organización. La Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha apoyado ambas iniciativas, iniciadas en 2009 y 2013, respectivamente.

El Life+ «Desfragmentación Oso» se ha desarrollado en diez municipios leoneses : Los Barrios de Luna, Cármenes, San Emiliano, Matallana de Torío, La Pola de Gordón, Sena de Luna, Valdelugueros, Valdepiélago, Vegacervera y Villamanín, que suman 1.250 kilómetros cuadrados. Dicho territorio, además, se encuentra protegido por distintas figuras: Lugar de Interés Comunitario, Zona de Especial Protección para las Aves y Reserva de la Biosfera.

En esta ocasión, el grueso de las actuaciones se han enfocado hacia la mejora de la cobertura forestal y la disponibilidad trófica en la vertiente leonesa del corredor cantábrico, así como hacia actuaciones para permeabilizar la autopista de la Ruta de la Plata ( AP-66 ).

ABC Natural ha hablado con Fernando Ballesteros , de la FOP, coordinador del proyecto.

Los 237 bosquetes que la FOP ha creado, ¿en qué zonas, en concreto, se encuentran?

Prácticamente todos se encuentran en el interior de tres espacios de la Red Natura 2000 dentro de la vertiente sur del corredor interpoblacional del oso pardo cantábrico: Valle de San Emiliano, Hoces de Vegacervera y Montaña Central de Léon. Y solo unos pocos, vinculados a la mejora del entorno de pasos en la autopista, se encuentran fuera pero muy cerca.

¿Por qué se eligieron estos lugares? ¿Qué problemas relacionados con la biodiversidad presentan?

Hay que gestionar que algunos ejemplares puedan perder el miedo al hombre y acercarse más de lo normal a los pueblos Esta zona tiene una buena calidad ambiental, pero la cobertura arbórea es menor que en otras zonas de la cordillera Cantábrica (tanto por la extensión de macizos rocosos calizos como por la historia de pastoreo y trashumancia que ha favorecido grandes extensiones de pastizales frente a bosques y matorrales). La estrategia del proyecto ha sido detectar los lugares con mayor necesidad de conectividad dentro de los principales pasillos para la fauna y distribuir en esas zonas pequeños bosquetes de conectividad y alimentación.

¿Cómo se cuidan y mantienen los bosquetes?

Una vez plantados el trabajo es de revisión y vigilancia, reposición de marras y de tubos antiherbívoro o de cerramientos para que no sean comidos por los herbívoros domésticos o silvestres cuando todavía son pequeños. Una vez que hayan crecido lo suficiente se retirarán los tubos y cerramientos.

¿Dentro de cuántos años serán una frondosa realidad?

Son especies de crecimiento relativamente rápido, y se espera que puedan empezar a producir frutos al cabo de unos 6-8 años, dependiendo de los lugares y sus condiciones. Entre tanto, las zonas ya se van recolonizando de otras especies arbóreas o arbustivas que en algunos casos están protegidas por cerramientos y en todos los casos están amparadas por acuerdos de Custodia del Territorio firmados entre la FOP y los propietarios de fincas.

Han superado su objetivo inicial de árboles plantados en más de un 20%, ¿cómo lo han conseguido?

Se ha alcanzado la cifra de 90.700 árboles y arbustos autóctonos gracias a que se ha trabajado bien y ha funcionado mejor la apuesta de contratar mano de obra local con ayuda de los ayuntamientos del corredor.

¿Qué especies han plantado? ¿Por qué les gustan estos árboles y arbustos a los osos?

Se ha plantado cerezo ( Prunus avium ), pudio ( Rhamnus alpina ), arraclán ( Frangula alnus ), manzano silvestre ( Malus sylvestris ), niso ( Prunus insititia ), mostajo ( Sorbus aria ), serbal de cazadores ( Sorbus aucuparia ), avellano ( Corylus avellana ), cerezo de Santa Lucia ( Prunus mahaleb ) y abedul ( Betula alba ). Son especies productoras de frutos carnosos muy buscados por los osos. Y en el caso del abedul, que no produce fruto, es una especie caducifolia muy pionera y con facilidad para crecer en terrenos de diferente tipo y calidad.

¿La autopista AP-66 constituye el principal obstáculo para mejorar la conectividad territorial entre las poblaciones de osos en la cordillera?

Se aprecia una «progresiva» reducción del furtivismo y una «mejor» aceptación del oso Los estudios genéticos y de seguimiento muestran que los osos cruzan la autopista y pasan de una subpoblación a la otra, por lo que la autopista no es una barrera impermeable. Pero sí que funciona como un «filtro», obligando a que el paso de los osos se centralice en los escasos lugares en los que es posible (algunos túneles y pasos inferiores), por lo que estas zonas son muy valiosas para la conectividad global y se deben conservar y mejorar. Por eso en el proyecto se han incluido plantaciones de abedules y otras especies cerca de los pasos más favorables, para ayudar a que los osos puedan acceder a estas zonas.

¿Qué evidencias han recogido durante este tiempo para realizar sus estudios genéticos? ¿Qué conclusiones han extraído tras su análisis?

Los estudios genéticos a partir de muestras de excrementos y pelos de osos han mostrado que hay comunicación entre ambas subpoblaciones, y que, de hecho, se ha iniciado ya un proceso de recuperación demográfica y genética de la subpoblación oriental, la más pequeña y amenazada, a través de la llegada de machos dispersantes procedentes de la zona occidental.

¿Se ha recuperado la población de osos pardos en la cordillera o solo ha mejorado?

La mejora y el incremento numérico es constante desde hace ya bastantes años. Todavía hay riesgos e incertidumbres sobre el futuro de la población y hay margen para que este proceso de incremento numérico continue, extendiendose a zonas periféricas en las que en el pasado vivían osos. Hay que ser optimistas, pero sin bajar la guardia.

Un aliado en el medio rural

¿El oso es un activo turístico hoy? ¿Qué peligros entraña la actividad de observación osera?

Es un activo turístico muy importante, y eso es bueno en cuanto a que ayuda a ver al oso como un aliado y no como un enemigo en el medio rural. Pero hay que tener cuidado con que el turismo vinculado a la presencia del oso sea respetuoso y cuidadoso, que no se produzcan molestias a la especie ni se favorezcan comportamientos inadecuados (osos habituados a la gente). Hay que establecer una buena regulación y favorecer un modelo de turismo muy respetuoso.

¿El oso se percibe como un animal dañino en los entornos próximos a núcleos humanos?

En general ya no se percibe como un animal dañino. Hace pocos daños, y los principales son a colmenas, aunque todos son compensados económicamente por las administraciones autonómicas.

Trampas en el medio silvestre, disparos... ¿Existe más sensibilización ahora que antes sobre la importancia de conservar a la especie?

Existe mucha más sensibilización. Hasta la fecha nuestras patrullas han retirado 1.537 lazos ilegales, pero analizando por temporadas, entre 2005 y 2009, por ejemplo, hemos retirado 574; mientras que entre 2010 y 2014 se retiraron 132. Y en los últimos años el número ha sido todavía más pequeño. Es uno más de los indicadores que reflejan que hay una progresiva reducción del furtivismo y una mejor aceptación del oso, aunque todavía no se puede bajar la guardia.

¿A qué amenazas se enfrenta en la actualidadel oso pardo cantábrico? ¿Cómo se podrían solventar?

Aunque hay que mantener los esfuerzos en educación, lucha contra el furtivismo o la protección de su hábitat, por ejemplo, ahora que la población está aumentando hay que hacer frente también a nuevos retos que surgen cuando hay más osos, como el hecho de que algunos ejemplares puedan perder el miedo al hombre y acercarse más de lo normal a los pueblos a buscar comida, incluso a pleno día. Hay que actuar con rapidez ante estos casos, intentando disuadir a los osos. Este tipo de situaciones se solucionan sobre todo con prevención y concienciación. Hay que regular y ordenar bien las actividades que se desarrollan en zonas oseras para evitar conflictos y molestias.

¿Qué otras medidas se han desarrollado durante el Life «Desfragmentación Oso»? ¿Tendrán continuación pese a que el proyecto concluyó en diciembre de 2016?

Se ha iniciado ya un proceso de recuperación demográfica y genética de la subpoblación oriental Uno de los aspectos principales del programa ha sido buscar la implicación de los actores sociales locales. Se han establecido convenios con ayuntamientos, se ha trabajado con asociaciones y entidades, se han realizado charlas explicativas y debates con cazadores, ganaderos, apicultores, agentes de desarrollo rural, habitantes de la zona (sobre todo porque en una zona de presencia nueva o reciente del oso hay que hablar mucho y explicar que el oso no es un problema, que no va a suponer inconvenientes). Se ha desplegado una campaña de educación ambiental a todos los escolares de los municipios del proyecto (como forma de llevar el mensaje también a sus familias) y se han organizado actividades de voluntariado e implicación de la gente local en los trabajos.

Persecución de los pirómanos

Consideran esencial mantener las actuaciones de prevención de incendios. ¿Son habituales los incendios en la cordillera Cantábrica?

Quedan personas en el medio rural que creen que los incendios son necesarios Sí, lamentablemente son habituales y son mayoritariamente provocados. El paisaje abierto de pastizales en muchas zonas de la cordillera Cantábrica ha sido modelado a través de los siglos por el hombre mediante el fuego y el pastoreo. Eran otros tiempos, pero en la actualidad todavía quedan personas en el medio rural que creen que los incendios son necesarios para favorecer el pasto para el ganado; aunque hoy sabemos que tienen muchos inconvenientes y que producen una pérdida progresiva de calidad de los suelos, además de todos los problemas ecológicos relacionados. Quedan pocos incendiarios, pero algunos sí hay, y con esos vale para que casi todos los años haya algunos incendios graves en zonas oseras.

La época mas conflictiva suele ser a partir de ahora, a finales del invierno y principios de primavera, antes de que suba el ganado al monte y aprovechando temporadas con fuertes vientos del sur que ayudan a propagar el fuego. En pleno verano también hay problemas, sobre todo si coincide con periodos de sequía, porque el matorral y el bosque está muy vulnerable y los incendios pueden extenderse con facilidad.

¿Cómo valoran los medios de extinción que existen en el área?

Hay muchos y buenos medios de extinción, pero el principal esfuerzo debe hacerse en la prevención y en la persecución de los pirómanos, que es algo bastante difícil. La clave es conseguir que en el medio rural se vea el fuego como algo negativo ya que existen otras muchas opciones para favorecer un buen manejo de los pastos.

¿Cómo gestionan los osos un incendio en su hábitat?

Los osos tienen mucha capacidad de movimiento y es esperable que puedan escapar de un incendio. En ese sentido, el principal peligro para ellos es la destrucción de zonas muy valiosas de su hábitat, importantes porque aportan comida y refugio. De todas formas, si el incendio se produce mientras están hibernando en la osera sí puede afectarles directamente, y conocemos algún caso de alguna osa con crías que hibernó en una zona que se quemó durante el invierno, aunque afortunadamente no murieron. Pero imagínese el escenario que se encontraron al salir de la osera en primavera.

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