desperdicio alimentario
El desperdicio de arroz en España supuso un derroche de agua que podría abastecer a Málaga durante un año
Too Good to Go señala que los hogares españoles desperdiciaron más de 11,81 millones de kilos de arroz, que equivale a tirar 29,55 mil millones de litros de agua

Hacer una baguette requiere 155 litros de agua; cultivar un tomate 50 litros; una sola rebanada de pan equivale a 233 vasos de agua o 6 minutos de un grifo abierto; producir 210 g de patatas consume tanta agua como 1,5 lavadoras llenas; elaborar una pizza margarita (725 g) equivale a 1 mes de duchas o 2 horas de un grifo abierto; 100 g de chocolate requieren 2.125 litros de agua, lo mismo que un año de agua potable para una persona, y la carne de ternera es el alimento con mayor huella hídrica: 15.415 litros por kilo.
En el marco del Día Mundial del Agua que se celebra el próximo 22 de marzo, Too Good To Go, la compañía de impacto social responsable de la mayor app en el mundo para salvar el excedente de comida de miles de establecimientos, alerta de que el desperdicio de alimentos no solo afecta a la economía y al medioambiente, sino que también supone un consumo masivo de agua que podría haberse aprovechado en un país cada vez más afectado por la sequía.
Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en 2023 se desperdiciaron más de 11,8 millones de kilos de arroz en los hogares españoles. Si tenemos en cuenta que producir un solo kilo de arroz requiere 2.500 litros de agua, el impacto es gigantesco: 29.550 millones de litros de agua malgastados, una cantidad de agua que podría haber servido para abastecer a más de 632.000 personas durante un año, lo que prácticamente se corresponde a la población de, por ejemplo, Málaga (591.637 habitantes) o Murcia (467.501), dos ciudades perjudicadas por la sequía que asola a nuestro país.
«En el Día Mundial del Agua nos gustaría que fuéramos conscientes de que desperdiciar alimentos no solo influye a la población a nivel económico, también se evita la emisión de gases de CO2eq a la atmósfera que se producen cuando el alimento se tira a la basura pero, además, se impide el uso innecesario de tierra y agua, a gran escala, lo que supone un relevante impacto medioambiental que se puede evitar si decidimos no tirar alimentos que se encuentran en buen estado. Queremos concienciar sobre el elevado volumen de agua de incalculable valor que se estaría desperdiciando sin sentido», afirma Marie Lindström, directora general de Too Good To Go en España.
Más allá del agua que bebes
Aunque muchas personas asocian el consumo de agua con el acto de beber, la mayor parte del agua que utilizamos está oculta en los alimentos. De hecho, según We Are Water Foundation, «casi el 92% de la huella hídrica planetaria pertenece a la producción de alimentos». Y si hablamos de España, la alimentación representa el 80% del agua que consumimos diariamente (6.700 litros por persona y día), según las investigaciones de Arjen Hoekstra, creador del concepto de la 'huella hídrica'.
«Si nos paráramos a pensar en la cantidad de agua que requiere cada alimento antes de tirarlo, estoy segura de que nunca tiraríamos a la basura ni un solo pedazo de ese pan. Pero la realidad es que el 40% de los alimentos acaban desperdiciándose. Por ello, desde Too Good To Go continuamos luchando contra el desperdicio de alimentos, convencidos de que se trata del camino más rápido para tener un impacto positivo en la desaceleración del calentamiento global», concluye Lindström.
Desde Too Good To Go animan a la población a sumarse a la lucha contra el desperdicio de alimentos. Cada pequeño gesto cuenta: planificar las compras, aprovechar las sobras y utilizar apps como Too Good To Go para salvar comida en buen estado y reducir el impacto ambiental.
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