El tráfico de especies se ha convertido en un problema de seguridad nacional

Cada año se comercializa de forma ilegal con 1,5 millones de aves vivas y 440.000 toneladas de plantas medicinales; se cazan unos 110 tigres , 1.200 rinocerontes , unos 30.000 elefantes y 100.000 pangolines (en la última década) para obtener sus huesos, pieles, cuernos, colmillos, escamas y carne, según las cifras que maneja la ONG. En 2016, por ejemplo, se alcanzó el récord de incautaciones mundiales de marfil ilegal desde que su comercio internacional fuera prohibido en 1989.

El tráfico de especies es una actividad criminal muy lucrativa que «pone en peligro la salud de los países, obstaculiza el desarrollo social y económico y destruye la riqueza natural», explica WWF en una nota. Se trata de un problema que va mucho más allá de ser una de las primeras causas de pérdida de la biodiversidad mundial: «Se ha convertido en un problema de seguridad nacional», enfatizan. Este comercio ilegal, en concreto, mueve entre 10 y 20.000 millones de euros al año, aseguran desde WWF.

La Unión Europea aprobó el pasado año un plan de acción europeo para combatir el tráfico de especies silvestres. Por ello, le piden al gobierno español que desarrolle de forma «urgente» dicho plan; el cual, en su opinión, debería incluir medidas concretas para reforzar y coordinar a Policía y aduanas. Asimismo, sugieren aumentar los medios y recursos disponibles para combatir el tráfico de especies, creando, por ejemplo, centros de rescate para acoger los ejemplares incautados.

La campaña que ha lanzado WWF, «STOP Tráfico de Especies», también invita a los ciudadanos a comprometerse a no adquirir animales exóticos protegidos vivos.