Piden que no se utilicen arizónicas en repoblaciones forestales
Ya que se trata de una conífera exótica, muy resinosa e inflamable, explican desde la Asociación Profesional de Agentes Forestales de Madrid
EP
La Asociación Profesional de Agentes Forestales (APAF) de Madrid ha pedido que no se utilicen plantas arizónicas en repoblaciones forestales porque se trata de una conífera exótica, muy resinosa e inflamable, «que supone un factor de riesgo añadido en los ... incendios forestales, urbanos y de interfaz mixto urbano-forestal».
La arizónica ( Cupressus arizonica ) es una especie no autóctona originaria del norte de México y del sur de Estados Unidos , que se utiliza de forma masiva en jardinería, sobre todo para formar setos, aunque también se utiliza en repoblaciones forestales.
«Casas, chalets, urbanizaciones, fincas, piscinas, instalaciones e incluso depósitos de gas, al rodearse de setos de arizónicas, se convierten en auténticos polvorines y en auténticas bombas de relojería», han señalado los guardabosques.
También cuestionan su valor ornamental como seto. «Es caro y costoso mantenerlas a raya; cualquier retraso en su exigente poda anual hace que ya sea imposible dominarlas de forma estética. Van invadiendo espacio y terreno, alcanzando alturas, anchuras y volúmenes tan indomables, que asfixian. Son fácil pasto de hogos, pudriciones, enfermedades y ramas secas», han añadido.
Como alternativas, proponen especies frescas, verdes, floridas, autóctonas, menos combustibles, que proporcionan alimento y refugio para la fauna y de mantenimiento fácil y barato como el durillo, madroño, hiedra, madreselva , acebo, aligustre, boj, laurel, lauro y los espinos, entre otros.
«Más cuestionable todavía, es la presencia de arizónicas en algunos montes y en algunos espacios naturales protegidos . Tampoco será por falta de alternativas mucho más adecuadas», ha señalado APAF Madrid.
Por otra parte, han indicado que las arizónicas son urticantes por contacto y foco de una de las causas de alergia por polen más frecuente entre la población, con lo que esto conlleva de gasto sanitario (consultas, bajas, vacunas, antihistamínicos, broncodilatadores, etc.) para tratar o paliar su molesta y en ocasiones grave sintomatología
«Algunas sensatas, aunque aún escasas administraciones públicas, por fin han caído en la cuenta del craso error de la absurda moda de las arizónicas y prohíben ya su plantación en sus ámbitos competenciales, a la vez que promueven y fomentan la eliminación de las existentes y su sustitución por otras especies, como medida preventiva de autoprotección contra incendios y por cuestiones de salud pública y de biodiversidad», han apuntado.
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