conservación
Algas y plásticos, el asedio a los bosques sumergidos
Fundación Aula del Mar Mediterráneo (FAMM) y Mares Circulares de Coca-Cola advierten en un estudio del mal estado de la posidonia en las costas andaluzas
NATURAL
Madrid
Cuando las olas rompen en la orilla, resulta difícil imaginar la vasta riqueza natural que se esconde bajo la superficie del Mediterráneo. Allí, extensas praderas de Posidonia oceanica forman un ecosistema vital, un auténtico pulmón submarino que esconde la clave de la salud de nuestro ... mar. Sin embargo, este tesoro natural se enfrenta a la expansión imparable de especies invasoras y a la creciente contaminación por plásticos. El reciente estudio, «Bosques Sumergidos», impulsado por la Fundación Aula del Mar Mediterráneo (FAMM) y Mares Circulares de Coca-Cola, ha emitido una seria advertencia: el estado de la posidonia en las costas andaluzas, especialmente en Málaga, es crítico y exige una intervención inmediata.
La importancia de esta planta marina para el ecosistema es incalculable: actúa como un gigantesco sumidero de carbono, capturando CO2 de la atmósfera, contribuyendo a la mitigación del cambio climático. Para ponerlo en perspectiva, una hectárea de pradera de posidonia puede secuestrar hasta 15 veces más carbono que una hectárea de selva amazónica.
Guarderías marinas
Además, estas praderas forman un hábitat vital y complejo. Son auténticas guarderías marinas, zonas de desove y refugio para alevines y juveniles de innumerables especies de peces, crustáceos y moluscos. Las hojas de posidonia, al morir, forman montículos conocidos como «pelotas de mar» o egagrópilas, que sirven como barrera natural contra la erosión costera, protegiendo nuestras playas. Sin ellas, la biodiversidad marina se empobrecería drásticamente y la salud de nuestras costas se vería comprometida.
El estudio «Bosques Sumergidos», fruto de una exhaustiva investigación con la colaboración de más de 150 submarinistas voluntarios, revela un panorama desolador en las costas de Málaga, Granada y Almería. Si bien la situación varía, con praderas más saludables en el entorno de Cabo de Gata, la provincia de Málaga presenta el mayor riesgo de desaparición. Aquí, la Posidonia oceanica está siendo desplazada por la Rugulopteryx okamurae, un alga invasora originaria de Asia que se ha expandido con una velocidad alarmante. Esta alga compite por luz y espacio, asfixiando las praderas nativas y reduciendo drásticamente su densidad. En Granada, aunque el estado es mejor que en Málaga, su presencia también es una preocupación, con coberturas invasoras superiores al 30% en algunas zonas.
Pero la crisis de la posidonia no solo se debe a la competencia biológica. La contaminación por plásticos emerge como un factor crítico que agrava su ya frágil estado. Los microplásticos y nanoplásticos que inundan nuestros mares pueden adherirse a sus hojas, reduciendo su capacidad fotosintética y debilitando la planta. Además, los plásticos de mayor tamaño, como bolsas o redes abandonadas, pueden enredarse en las praderas, arrancando matas enteras o impidiendo la circulación de nutrientes y la penetración de luz, generando zonas muertas. El aumento de la temperatura del agua debido al cambio climático, también estresa a la planta y la hace más vulnerable. A todo lo anterior se suman presiones antropogénicas como artes de pesca destructivas como el arrastre y el copo; el fondeo incontrolado de embarcaciones, que arranca y fragmenta las praderas o la extracción de arena, que altera y destruye el hábitat.
Replantación
Ante esta urgencia, la FAMM, de la mano de Mares Circulares, el proyecto impulsado por Coca-Cola, ha anunciado el lanzamiento de un proyecto piloto de replantación de Posidonia en Marbella (Málaga), un paso crucial para recuperar los «bosques sumergidos» que Juan Antonio López, presidente de la FAMM, considera el «mayor baluarte y signo de calidad ambiental» del Mediterráneo. El compromiso se extiende más allá de la replantación y también se enfoca en la sensibilización y formación, con la edición de una «Guía Educativa sobre Bosques Sumergidos» y sesiones de formación ambiental en colegios del litoral. Además, se prevé la ampliación de los acuarios de la FAMM en Málaga para cultivar más esquejes de posidonia, así como más inmersiones para el monitoreo de las praderas.
«A la vista de los resultados de este estudio, urge la necesidad de realizar medidas de conservación y restauración en aquellas praderas más degradadas y evitar, en la medida de lo posible, aquellas acciones que puedan alterar y degradar aún más el estado de las mismas. Por eso, desde Mares Circulares queremos seguir contribuyendo a la protección y conservación de la biodiversidad marina de nuestras costas», señala Carmen Gómez-Acebo, directora de Sostenibilidad de Coca-Cola Europacific Partners Iberia.
Desde 2018, Mares Circulares ha trabajado activamente en la protección de los ecosistemas marinos en España y Portugal, logrando recoger casi 2.700 toneladas de residuos, incluyendo 31 toneladas de PET. Este esfuerzo ha sido posible gracias a la participación de alrededor de unos 55.000 voluntarios que han realizado limpiezas en playas, entornos acuáticos y reservas marinas. En términos educativos y científicos, ha premiado a 18 proyectos científicos y 10 start-ups y formado a más de 94.000 personas, gracias a su gran labor impartiendo cursos de sensibilización y jornadas científico-técnicas en unos 230 municipios.
Este programa, que hasta la fecha ha colaborado con casi 1.700 entidades, ha demostrado, año tras año, cómo la acción colectiva puede marcar la diferencia en la lucha contra la contaminación marina y la protección de los entornos acuáticos.
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