Suscribete a
ABC Premium

VIDA OCEÁNICA

El ruido ajeno que silencia los sonidos del mar

La contaminación acústica causada por el tráfico marítimo, explotaciones petroleras u operaciones militares alteran la vida marina y la comunicación de las especies

Michel André realizando mediciones de sonido en la Antártida HEATHER CRUICKSHANK

Charo Barroso

A no demasiados metros bajo el agua, entre los 200 y 400, aunque depende de cada mar u océano, la oscuridad se adueña de un mundo en el que el sonido se convierte en la única fuente de información. Esta comunicación universal, que se ... produce entre todas las especies que habitan los océanos, está siendo alterada por el ruido de las actividades humanas, amenazando el equilibrio de los ecosistemas. Una contaminación que, frente a otras como los plásticos o las mareas negras, resulta invisible pero no por ello menos amenazadora. La buena noticia: «Si actuamos ya todavía tenemos posibilidades de revertirla porque, al contrario de otras fuentes de contaminación, basta con rebajar el ruido o eliminarlo para que no se sufran sus efectos», explica Michel André, quien lleva décadas recorriendo el planeta, más que para verlo, para escucharlo.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia