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HALCÓN DE LEONOR

MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO

Hace seiscientos años vivió una hermosísima reina sarda que miraba volar los halcones.

No era el vuelo del halcón neblí lo que Leonor de Arborea miraba, sino el volar de un halcón marino al atardecer, sobre el mar, por los acantilados de ... Cerdeña. Era tan codiciada esta ave de presa para el arte de la cetrería que se asaltaban sus colonias de cría en las rocas y se llevaban los niegos, cogidos en el nido, y los araniegos, ejemplares que ya cazan, por lo que, preocupada Eleonora porque pudiera acabar este mercado con sus amados halcones marinos, dictó leyes para proteger su anidación junto a otras leyes como la Carta de Logu, vigente en Cerdeña durante cuatro siglos. Dedicado a esta heroína denominó científicamente Gené en 1839 Falco eleonorae, Halcón de Leonor, al halcón marino, también conocido como Halcón de la Reina.

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