El 87% de las playas españolas goza de una calidad de agua «excelente»

Asimismo, el 83% de los ríos y otras aguas de interior españolas son aptas para el baño, aunque solo el 50,4% gozan de una calidad «excelente», muy por debajo del 76,5% de la media europea. El 89,7% de las aguas de interior en el conjunto de la Unión Europea cumple los niveles de calidad obligatorios y son aptas para el baño.

En total, España sometió a examen 2.161 zonas de baño -1.931 de ellas, costeras y 230 de interior, ríos y lagos-, que representan el 9,8% del total de las aguas de baño supervisadas en Europa.

En el 2,1% de las 41 zonas costeras examinadas en España la calidad del agua no cumplía los estándares obligatorios y tenían una calidad pobre. Una cifra que supera la media europea del 1,9% (290 áreas en total). Además, dos zonas costeras en España han sido cerradas al baño, frente a las cuatro de media.

En las zonas de agua de interior, 30 zonas evaluadas en España no cumplían los niveles de agua aptos para el baño suficientes, el 13% del total, muy por encima del 2,4% de la media europea. Y dos zonas han sido cerradas, frente a las 32 de media.

Por su parte, todas las zonas de agua en Chipre y Luxemburgo poseen una calidad «excelente» y encabezan así la clasificación de la Agencia Europea de Medio Ambiente, seguidos de Malta (98,9%), Croacia (94,9%) y Grecia (93,2%). Los países que cierran la lista son: Rumanía (34%), Hungría (53,1%) y Letonia (54,9%).

En este contexto, el comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik, ha manifestado que supone «una buena noticia» que la calidad de las aguas de baño en Europa siga siendo «elevada». Pero ha pedido a los Estados miembros que sigan velando por que el agua y los ecosistemas acuáticos estén «plenamente protegidos».

Por su parte, el director ejecutivo de la agencia europea, Hans Bruyninckx, ha advertido de que el gran problema actual son las cargas contaminantes que generan las lluvias intensas o las inundaciones en breves períodos de tiempo, dado que «pueden dar lugar al desbordamiento de los sistemas de alcantarillado y arrastrar bacterias fecales de las tierras de cultivo a los ríos y mares».