«Desgarrador». Es la primera palabra que se les ocurre a los responsables de la organización International Animal Rescue (IAR) para describir el rescate de Gito , que vivía en una caja de cartón (sobre sus heces) y era alimentado únicamente ... con leche condensada . Su apariencia era desoladora: «parecía como momificado en un ataúd (con poco pelo y un color de piel inapropiado para su especie)».
La asociación cree que alguien mató a la madre del bebé orangután para vender a Gito como mascota. Su comprador, la máxima autoridad del pueblo de Merawa (situado al oeste de la isla de Borneo) pagó algo menos de 20 euros por él. Gito estaba deshidratado y desnutrido. El primate fue atendido en un primer momento por la Autoridad Forestal local, que permitió a los técnicos de IAR el traslado del pequeño hasta su centro más próximo, en Ketapang (a 170 km de Merawa). «Gito soportó nueve horas de trayecto en moto. Sin nuestra ayuda -veterinaria- hubiera muerto», aseguran.
Son frecuentes las capturas de bebés orangután en la región de Kalimantan occidental: los incendios provocados en los bosques están incrementándose, alertan desde esta entidad que persigue el bienestar animal.
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