INFORME
Lo que falla tras un incendio, según WWF
La organización ha analizado las debilidades de los proyectos de restauración puestos en marcha por las comunidades: lejos de recuperar masa forestal, convierten a los nuevos bosques en material idóneo para los fuegos del futuro
NATURAL
La falta de financiación a largo plazo, la excesiva burocratización y la ausencia de un concepto de monte al que guiar la restauración suponen las principales debilidades detectadas por WWF en los proyectos de restauración que han analizado ... para su informe «Los bosques después del fuego» , que ha contado con la colaboración de la Fundación Axa y fue presentado ayer en Madrid.
«Aunque las leyes autonómicas se ocupan de la restauración de los terrenos forestales incendiados, las respectivas normas específicas, con carácter general, son inconcretas e incompletas, existiendo grandes diferencias regionales, por ejemplo en cuanto a la regulación del pastoreo, la caza o la saca de la madera» , asegura la organización ecologista, que ha resaltado una serie de carencias:
1. Las medidas de restauración que se proyectan tienden a restituir el mismo tipo de masa forestal , pese a que determinadas masas forestales que hace unas décadas tenían unos objetivos de producción, hoy carecen de ellos.
2. Las labores de restauración, en caso de darse, se limitan casi exclusivamente a montes de utilidad pública , que apenas representan el 30% de la totalidad de la superficie forestal en España.
3. No existen evaluaciones precisas, rigurosas y urgentes del riesgo real de sufrir fenómenos erosivos, escorrentía o plagas forestales. Tampoco se analiza en profundidad la capacidad de regeneración de la vegetación.
4. En muchas zonas incendiadas se estandarizan las actuaciones para el conjunto de la superficie, que en ocasiones alcanzan las miles de hectáreas.
5. Con carácter general, las administraciones optan por sacar la totalidad de la madera, con independencia de las especies afectadas y de los riesgos existentes.
6. Ausencia de labores de mantenimiento que garanticen durante las primeras fases la adaptación de las masas forestales a las nuevas condiciones del terreno. Un suelo que, además, se prepara con maquinaria inapropiada que genera impactos negativos sobre los frágiles suelos quemados.
7. Las plantaciones se sobredimensionan, acometiéndose en áreas donde no son necesarias. Es frecuente observar el uso de especies inadecuadas, en función del objetivo de la repoblación y de la compatibilidad con las características del suelo tras las llamas, y el empleo de material genético de baja calidad o procedencia inadecuada .
Entre 1992 y 2013 la actividad reforestadora ha sido importante en España «al amparo de los proyectos de restauración hidrológico-forestal y de reforestación de tierras agrarias, iniciativas ambas impulsadas por las comunidades autónomas, muchas veces utilizando fondos europeos », detalla WWF en su estudio.
«Se ha actuado sobre más de dos millones de hectáreas. Lamentablemente, durante dicho periodo la superficie forestal recorrida por las llamas ha sido de 2,7 millones de hectáreas , de las cuales más de un millón eran arboladas», continúan desde la ONG.
«Podemos estar satisfechos porque hemos recuperado superficie forestal, pero debemos estar preocupados porque los nuevos bosques suponen material idóneo para alimentar los incendios del futuro », vaticinan.
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