A marchas forzadas todo vale para desbancar a quien Beiras califica de «enemigo común», en referencia al Partido Popular. Su mensaje al Bloque Nacionalista Galego -partido del que cabe recordar que su candidato a la Xunta, Francisco Jorquera, rechazó el envite al considerar que «no puede ser que quienes rompieron la unidad pretendan erigirse en paladines de ella»- es claro: «Los ciudadanos percibirán quién está dando prioridad a la necesidad de una gran alianza cívica y social y quién, en cambio, piensa en su huerta para cultivar sus nabos y a lo mejor le caen la bombas de dispersión en el medio del cultivo y desaparecen del mapa». Y avisa que «no tomará como decisiones formales declaraciones sobre la marcha y sin consultar a las bases». Todo un órdago de quien pretende abrir contactos con CxG, EU y BNG.
Díaz vs Bascuas
Tampoco parece que se lo vayan a poner fácil los de Bascuas, que si en algo coinciden con Jorquera es en mantener vigentes las razones que propiciaron su salida del partido; contrarios a la praxis comunista de los miembros de la UPG -corriente hegemónica en el BNG- y una falta de regeneración en el partido. En cuanto a EU, ésta es batalla perdida. Su coordinadora nacional, Yolanda Díaz, pedía ayer a CxG que aclare «dónde quiere ubicarse» en el escenario político gallego, al tiempo que defendió a la suya como una organización federal absolutamente soberana en Galicia». «Nos movemos en un marco que es exclusivamente gallego y defendemos un modelo federal», zanjó.
De este modo, Díaz contestaba a la única condición marcada por Beiras para sentarse a negociar: «defender el derecho de determinación del pueblo gallego», que llevará al líder de Anova a iniciar desde ya las reuniones bilaterales correspondientes.
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