Los guardianes de la tierra batida

En realidad, el mantenimiento de la superficie no es una de las tareas más ocultas a los ojos del público: entre los sets se ve a los «pisteros» regar y barrer la pista, a veces entre puntos. Lo que no se ve es que detrás de eso hay muchas horas de trabajo.

«Durante los torneos, sales de casa a las cinco de la mañana y a veces acabas a las tres de la madrugada», explica Constantin Hriscu, encargado jefe del equipo de mantenimiento de pistas de la Caja Mágica tanto durante la semana del Open como el resto del año.

Empiezan a trabajar a las seis de la mañana. Lo primero que hacen es destapar las pistas, a las que ponen una lona nada más terminar el último partido de la noche para proteger la arcilla. Después, se quita la tierra roja, la capa milimétrica más superficial, y trabajan la homogeneidad del terreno. Además de polvo de ladrillo, la parte básica de la que se compone la pista es una capa de craón, una piedra caliza extraída de una cantera del norte de Francia. Se hace así desde el año pasado, cuando se cambió la fabricación de las superficies;ahora se construyen exactamente igual que las de Roland Garros.

El siguiente paso es regarla: «Es importante mojarla para que la tierra no se quede rápida como si fuera cemento», detalla Hriscu.Por eso la pista también se riega dos o tres veces por encuentro. Todo este proceso se repite entre partido y partido. Por la noche, al final de la jornada, también se hace y se cubre la pista con la lona, para evitar desperfectos.

En cada una de las diecisiete pistas, regeneradas por completo en un proceso que duró desde febrero hasta abril, trabajan un responsable y tres o cuatro personas de apoyo manteniendo la superficie en perfectas condiciones. «Lo más difícil son las mañanas: levantarse pronto para preparar la pista».

[Compra tus entradas para el Mutua Madrid Open en Oferplan]