Madrid como bálsamo

Nunca antes en su carrera había llegado a esta cita sin un título previo en la gira por la tierra europea. Se planta con los mordiscos de Doha y Río de Janeiro , pero duelen las recientes derrotas de Montecarlo y Barcelona, dos de sus escenarios preferidos y que siempre resolvía con una sonrisa. En la Costa Azul fue superado con autoridad por David Ferrer y se enredó en el Godó ante Nicolás Almagro , dos caídas consecutivas que generaron cierto murmullo. ¿Le pasa algo a Nadal? , se cuestiona el planeta tenis, una pregunta que el propio protagonista responde con un «no» rotundo a la espera de poder justificarse en la pista.

De ahí que la Manolo Santana, la central del recinto madrileño, se engalane para la ocasión. Están todos los grandes en la capital, pero ninguno tiene tanto tirón como Nadal, un líder carismático que lleva días preparando la cita. Sin querer reivindicarse porque no tiene que hacerlo a estas alturas, sí que persigue sensaciones.

«No tendré éxito toda mi vida, como en Montecarlo o Barcelona. Espero llegar bien a Madrid, y estar un pelo mejor para hacer un buen resultado. Me ha tocado perder dos semanas seguidas, hacía tiempo que no pasaba en tierra. Es lo que hay, hay que aceptarlo y saber aguantar igual que en los momentos buenos. No es un drama, la vida sigue», sostiene.

Sigue para él y para todos porque el tenis no concede tregua. Al acecho de Nadal está Novak Djokovic, que también tiene fantasmas y cuyo estado físico es una incógnita por los problemas que ha tenido últimamente en la muñeca derecha. Confesó en Montecarlo que llevaba días con dolor, pero las pruebas le aliviaron al desvelar que no hay rotura y que únicamente necesitaba descanso , confirmando que estaría en la Caja Mágica .

Además, es consciente de la oportunidad que se le abre ya que el año pasado perdió en su estreno contra Grigor Dimitrov y, por lo tanto, sólo defiende diez puntos. Tiene a Nadal en el punto de mira (1.860) y entre ceja y ceja volver al trono. Si gana y Nadal cae antes de cuartos, regresaría a la cima.

El pelotón de los otros lo lidera Stanislas Wawrinka, el hombre del momento y un tenista desatado después de su bautizo en el Abierto de Australia. En Montecarlo ganó su primer Masters 1.000 y en 2013 hizo final en Madrid, punto de partida de este viaje fantástico. Por descontado, habrá que contra con Roger Federer y con el resto de españoles, liderados por David Ferrer.