mutua madrid open
Serena Williams: «Antes solo pensaba en ganar, ahora ya disfruto»
Siempre ambiciosa en la pista, deja la agresividad para el tenis y regala simpatía y coquetería fuera. La vida vuelve a sonreírle
Serena Williams: «Antes solo pensaba en ganar, ahora ya disfruto»
Un perfecto maquillaje, una manicura muy cuidada, ropa ceñida que resalta su figura, bolso a la última moda, adornos en los calcetines, feminidad en los gestos, coquetería bien estudiada. Podría tratarse de una modelo a punto de salir a la pasarela, pero estos rasgos describen ... a la tenista número uno del mundo, Serena Williams. Fuerza y coraje en la pista; sencilla, cercana y cariñosa en el cara a cara con ABC.
Se excusa por no saber español, apenas conoce media docena de palabras, y dice que es por las canciones: «Viva la vida loca», «gracias», «fiesta»... A sus 31 años, la estadounidense disfruta más que nunca de su momento y del tenis después de que la vida le diera un toque de atención en 2011. Un embolismo pulmonar le hizo apartarse del circuito y le ha enseñado a aprovechar cada minuto. Ayer venció a Lourdes Domínguez por 6-2 y 7-5. Hoy descansará. Mañana volverá la salsa y el baile antes de su partido de octavos. Dejará en el bolso la sencillez y la amabilidad. Con el maquillaje y las uñas perfectas saldrá a por todas. Y a disfrutar.
—¿Qué tal se encontró en el partido?—Ha sido un segundo set un poco duro, pero creo que en los últimos años he ido mejorando mi juego sobre tierra. Crecí en ella y no hay excusas para no tener mejores resultados. Es una de mis superficies favoritas y sigo pasándomelo bien.
—¿Disfruta más del tenis ahora?—Sí, por supuesto. Te lo pasas bien cuando eres joven, todo lo que puedes hacer, los viajes, pero ahora me entero más de cómo juego, de cada partido. Soy mejor tenista ahora que hace diez años. Y cada momento lo considero muy especial.
—¿Y de la vida?—Sí, desde luego. Vivo cada minuto intensamente.
—No sabe mucho español, pero ¿le gusta España?—Me encanta España. En realidad, Europa en general. Mis ciudades preferidas son Madrid, Barcelona y París. En Estados Unidos no hay tantos monumentos y por eso creo que Madrid es preciosa. Y se parece a París.
«Me he recuperado, pero no creo tener derecho a quejarme, hay gente que lo paso mucho peor que yo»
—Después de estar tanto tiempo sin jugar, volvió muy fuerte. ¿Cómo fue su preparación?—Cambié el modo de entrenarme. No podía expandir bien los pulmones y traté de modificar el ritmo, de hacer otras cosas. Creo que precisamente eso es lo me ha hecho mejorar. Dicen que todo ocurre por una razón. Ahora estoy perfectamente, me encuentro muy bien. Además, no creo que tenga derecho a quejarme, hay gente que ha sufrido más y que está mucho peor que yo. No hay excusas para no volver a esforzarme al máximo y hacerlo lo mejor posible.
—¿Siente que ha cambiado mucho desde que empezó?—Sí, desde luego. Cuando empecé no tenía miedo de nada, ahora tampoco, pero hay cosas de las que antes no me preocupaba tanto porque lo único que quería era ganar. Ahora cobran más importancia para mí. El año pasado jugué muy bien en tierra antes de Roland Garros. Es uno de mis torneos favoritos y, probablemente, en el que menos me apetecía perder en primera ronda. Pero pasó y no pienso mucho en ello. Solo me digo, «Muy bien, ganaré otro partido». Son las cosas que, por lo que me pasó el año anterior, me hicieron cambiar.
—La WTA cumple 40 años, ¿cómo cree que ha evolucionado el tenis femenino desde que empezó?—Mucho. La competición, las rivales, la intensidad. Yo he jugado en diferentes generaciones: Steffi Graf, Martina Hingis, Lindsay Davenport, Mónica Seles... Creo que esta es la generación más difícil. Es muy dura, muy competitiva. Hay muchas jugadoras que alcanzan lo más alto. Y todas son muy jóvenes, y están empujando con mucha fuerza.
—Su tenis y el de su hermana modificaron de cierta manera el modo de jugar de las chicas.—Mucha gente dice que Venus y yo hemos cambiado un poco el tenis. Lo único que hemos hecho ha sido jugar muy duro, tratar de hacer grandes servicios, ser más agresivas, hacer mucho trabajo en el gimnasio. Y estamos ganando muchas cosas, estamos más centradas en el tenis.
—¿Qué le hace mantenerse en tan alto nivel?—Mis padres me enseñaron que el tenis era un juego, luego que era un trabajo, y ahora es una pasión. El tenis tiene esos tres momentos a la vez. Una vez que he vuelto, estoy disfrutándolo mucho. Cada batalla, el juego, la competición. Nunca se sabe qué puede pasar mañana así que aprovecho cada momento.
—¿Le queda algún objetivo por lograr en su carrera?—Nunca me he puesto metas. Sólo seguir jugando. Quizá ganar el US Open, y lo logré. Y puede que sea un pequeño objetivo conseguir el Grand Slam. Técnicamente lo hice, pero no en el mismo año.
«El mejor reto en la vida es ser buena persona. Espero serlo. Sí, lo soy»
—¿Y en la vida?—El mejor reto en la vida para mí es ser buena persona.
—¿Lo es?—(Se ríe) Espero que sí. Sé que soy buena persona. La vida nunca para y un día se acaba.
—Parece que existen dos Serenas Williams. —En la pista soy muy competitiva, quiero ganar todo. Pero cuando salgo quiero ser normal. Humana. Normalmente llevo gafas de sol, me recojo el pelo... sobre todo en los aeropuertos. Soy como la señora Clark Kent. Necesitó escapar de vez en cuando, tomarme un respiro.
—¿Cómo se transforma?—Me gusta tener un calentamiento muy largo, bailando. Me encanta la música salsa. Parece increíble, pero sí, me encanta bailar. Antes de cada partido me anima, me hace salir ya sudando, dispuesta para competir. Para disfrutar.
Ver comentarios