Son días tristes para Xavi, a las puertas de una doble despedida. Se va a ir de la selección después de este desastroso Mundial para España, algo que ya tenía claro desde hacía tiempo, y también ha asumido que su etapa en el Barcelona se ha terminado, fin a una maravillosa carrera en azulgrana repleta de éxitos. Todavía no tiene decidido su destino, pero sobre la mesa hay una importantísima oferta de Qatar que le seduce básicamente por el dinero.
El centrocampista ya quiso dejar la selección después de la Eurocopa de 2012, pero entre el cuerpo técnico y los capitanes le camelaron para que aguantara un poco más. Tocaba defender corona en Brasil y a Xavi le encantaba la idea, aunque el resultado ha sido del todo inesperado. Fue titular contra Holanda y no disputó ni un minuto en el decisivo duelo contra Chile, una imagen simbólica que resume totalmente el deterioro de esta España gloriosa. Nadie mejor que Xavi para darle sentido a la idea de la posesión, el dueño de la pelota y la brújula de un grupo que se ha entregado a sus pies. Esa suplencia le sentó francamente mal y mañana contra Australia, en un partido que es más un castigo que otra cosa para la selección, podría tener unos minutos para despedirse en el campo.
Se fue a Brasil pendiente también de su futuro en el Barcelona, cuestionada su continuidad a partir de unas palabras de Luis Enrique en su presentación. El nuevo entrenador dijo que tenía que hablar con el futbolista para valorar la situación y ver lo que querían las dos partes, inquietante declaración para el entorno. Estaba previsto que Xavi hablara con su nuevo jefe a la vuelta del Mundial, pero ya lo ha hecho durante estos últimos días y parece tenerlo muy claro. Después de 16 años en el Barça, sale del club de sus amores sabiendo que no iba a jugar todo lo que querría y se dirige a un torneo menor. Cobraría cerca de diez millones.
Se acaba un capítulo tanto en España como en el Camp Nou, fin a una era irrepetible. A Xavi le tocó en su día heredera la figura de Guardiola en el centro del campo y con la selección asumió encantado el protagonismo que le concedió Luis Aragonés, que siempre proclamó que para ganar algo el balón debía estar en los pies del catalán. Es el futbolista más laureado a nivel de clubes y además tiene dos Eurocopas y un Mundial.
No ha sido una decisión nada fácil para él, que entró en el Barça cuando era un crío y ha vivido situaciones de todos los colores. Entiende que hay que dar un giro y más con las salidas de Carles Puyol y Víctor Valdés, dos de los capitanes y que también han anunciado que lo dejan. Se espera que en los próximos días haga pública su decisión.
Ha sido un curso especial para él, menos protagonista que de costumbre y relegado al banquillo por Gerardo Martino en momentos importantes. Y luego está la decepción de Brasil, molesto porque a él lo que le gusta es jugar y más en escenarios como el que se encontraba España. «No debe sentirse señalado por no jugar», comentó Del Bosque, que reconoció abiertamente que «es la bandera» de este grupo.
