Estados Unidos cayó fulminado en los dos últimos Mundiales por la selección del ex madridista Michael Essien, esta Ghana que ha rendido bien en las Copas del Mundo de 2006 y 2010. En el campeonato disputado en Alemania, los africanos vencieron 2-1 a los norteamericanos en la fase de grupos en el partido decisivo para entrar en octavos de final. En Sudáfrica 2010, los ghaneses derrotaron a los estadounidenses por 2-1 ya en los propios octavos de final. Para la selección Estados Unidos, es lógico, este rival es una obsesión. Busca la revancha. Aunque Klinsmann, el entrenador alemán del conjunto americano, solo utiliza la «vendetta» como argumento de motivación, no de resquemor.
El guardameta Tim Howard disputará hoy su partido 101 con el «team USA» y rechaza ese deseo de venganza que sí subrayan los ghaneses, más como medida de alerta que de sentimiento. Los africanos, dirigidos por Appiah, abordan su tercera Copa del Mundo consecutiva en el llamado grupo de la muerte, junto a Portugal y Alemania. Vencer de nuevo a Estados Unidos es su primera misión. Dar la sorpresa contra Khedira y Cristiano serán la segunda y la tercera.
Estados Unidos quiere resarcirse de su eterno enemigo para intentar también dar esas sorpresas. Altidore y Alejandro Bedoya son los líderes de Klinsmann. Enfrente, Boateng, Gyan, Muntari, Michael Essien y Asamoah encabezan el pasillo de seguridad de Appiah. Es partido bonito, de dos estilos muy distintos, la potencia y la velocidad americana contra la clase y la resistencia africana.