La elección de Sudáfrica como sede del primer Mundial africano se gestó el mismo día que Alemania le quitó a Sudáfrica la organización del certamen de 2006. La polémica desatada por la oscura votación causó tanto sonrojo en la FIFA que estaba claro quién sería elegido cuatro años después, aunque pocos apostaban a que, finalmente, podría sacarse adelante en África. Nelson Mandela fue su mejor embajador, el que logró derrotar todas las reticencias. «El arquitecto del Mundial 2010», le llamó Blatter. Y, sin embargo, no pudo estar en el palco el día en que se hacían realidad todos los sueños. El fallecimiento de su biznieta Zenani, muerta en un accidente de tráfico horas antes tras acudir al concierto conmemorativo del Mundial, sumió en el desconsuelo a «Madiba», que fue el gran ausente en la apertura del mundial. Luego, México evitó la derrota ante los anfitriones gracias a un gol de Rafa Márquez, al son de las ruidosas vuvuzelas






