En Brasil ha nacido una estrella: James Rodríguez. El imberbe mediapunta, con solo 22 años, ya forma parte de la historia de su país al meter a la selección «cafetera» en los cuartos de final de la Copa del Mundo por primera vez. Valderrama, considerado por todos el más grande de Colombia, ya tiene digno sucesor. Los octavos de Estados Unidos 94 han sido superados.
En cuatro partidos del Mundial de Brasil, el futbolista del Mónaco ha anotado cinco tantos y dos asistencias. Números mayúsculos que, de momento, le hacen ser el mejor futbolista del torneo, como asegura la nota de la FIFA que le da un 9’76, por encima de estrellas planetarias como Neymar, Messi o Muller.
«Estoy feliz porque estamos haciendo historia y espero que podamos llegar lejos. No nos conformamos con lo que tenemos. Somos un equipo ambicioso y no nos ponemos techo», aseguraba James tras el duelo ante Uruguay en el que dos goles suyos dieron el pase a Colombia.
Sobre el próximo cruce ante la anfitriona, Rodríguez fue rotundo: «No tengo miedo por enfrentarme a Brasil. Está claro que hay que respetarlos pero ellos deben estar muy atentos a nosotros porque tenemos buenos jugadores. Será muy lindo el partido pero estoy convencido de que podemos eliminarlos. Nuestra historia no tiene por qué acabar en cuartos».
En cuanto a sus buenos registros de cara a gol, James no quiso darle importancia pero sí que mostró su ilusión por haber marcado en Maracaná el gol más bonito de lo que llevamos de Mundial: «Ha sido un sueño marcar un tanto tan lindo en este estadio tan histórico».
Hasta Lebron James se rinde a la figura de de su tocayo. Lo dejó claro tras el triunfo de Colombia con una mensaje en Twitter muy cariñoso: «Viendo el partido de Colombia ya tengo a mi jugador favorito, obviamente su nombre ayuda. James»






