El fútbol se ha convertido en cuestión de Estado en algunos lugares de África. Los presidentes de Camerún y de Ghana han ordenado investigaciones oficiales por la eliminación prematura de sus respectivos equipos en el Mundial.
Paul Biya, presidente de Camerún desde 1982, ha dado un mes de plazo a su gobierno para hacer un informe que explique «las causas de la nefasta actuación de los Leones Indomables en la Copa del Mundo de fútbol de 2014». En este caso, los jugadores de Camerún protagonizaron un comentado incidente al inicio del Mundial, cuando retrasaron su salida a Brasil para renegociar las primas de la federación. Los futbolistas cameruneses querían más dinero.
Lo cierto es que la imagen de Camerún en la Copa fue muy mala. Los africanos perdieron sus tres partidos, dos de ellos de paliza ante Brasil y Croacia. Ante los balcánicos Alex Song fue expulsado y Assou-Ekotto y Moukandjo iniciaron una pelea en el césped en medio del partido. Biya declaró que el informe también tiene que incluir propuestas para una «profunda y urgente reestructuración del fútbol camerunés».
Ghana dejó mejor imagen que Camerún, aunque también se fue de Brasil sin victorias, última del complicado grupo G tras Alemania, Estados Unidos y Portugal. Los jugadores ghaneses amenazaron con ir a la huelga en mitad del Mundial si no cobraban el dinero por primeras que la Federación les había prometido por jugar el torneo.
El gobierno mandó un avión con tres millones de dólares para evitar la huelga, lo que no evitó que Kevin-Prince Boateng y Sulley Muntari fueran expulsados de la concentración antes del último partido. «Necesitamos crear una comisión para esclarecer la actuación de Ghana en la Copa del Mundo», declaró el presidente ghanés, John Mahama. «Tenemos que observar el proceso de principio a fin».






