Un partido de verdad, que ya era hora. Un encuentro vivo, de ir a por todas, dejándose el físico y el alma en cada jugada, a pesar de la hora (la más calurosa) y del riesgo, que era máximo. Francia y Nigeria, sobre todo Nigeria, jugaron un encuentro dando un paso al frente, sin ningún miramiento ni precaución. En eso, los nigerianos fueron especialmente valientes. Con una formación muy ofensiva, adelantó las líneas y presionó a todo el equipo galo, allá donde se encontrase el balón. Ante un conjunto tan ordenado, y también físico, como el francés, era sumamente arriesgado, casi un choque a cara y cruz. [Así hemos narrado el partido de Francia contra Nigeria]
Lo cierto es que los franceses se vieron sorprendidos durante muchos minutos, casi la media hora que le duró el físico a los africanos, veloces y decididos arriba, pero con poco mordiente. La sensación era que cada vez que Pogba o Matuidi robaban un balón la cosa podía acabar en tragedia nigeriana. De hecho, la mejor ocasión francesa llegó en una gran combinación entre Valbuena y Pogba que acabó con un cañonazo que sacó Enyeama en una gran parada.
Tras una primera hora en la que Nigeria dominó, atacó y presionó con fuerza, pero sin dientes, Francia cogió el control del partido y durante ese cuarto de hora manejó el choque, siempre con gran peligro a pesar de que Benzema entró poco en juego en una vibrante primera mitad.
Lo que aparentaba la primera mitad fue una confirmación en la segunda: Nigeria se comió a Francia, totalmente. Dominó la posesión, echó atrás al rival, le quitó el balón y creó ocasiones, pero... sin gol. Todo lo hacía Nigeria pero el que estuvo a punto de marcar fue Francia en una doble pared entre Griezmann y Benzema que salvó Enyeama con una salida providencial.
Como en la primera parte, Nigeria se fue apagando a medida que crecía Francia que, además, se la veía con peligro en cada ataque. Enyeama fue salvando los muebles hasta que se quemó en una pésima salida que remató Pogba a puerta vacía. Francia tenía gol; Nigeria, no, como se demostró en el último minuto con el postrero gol de Yobo en propia meta, que volvió a enseñar la debilidad nigeriana en defensa.
