Vicente del Bosque siempre habla en plural, consciente de que solo no habría hecho de esta España la mejor selección que se recuerda. Habla en plural porque se siente eternamente agradecido a su equipo de trabajo, tanto que consensúa absolutamente todo antes de tomar una decisión. En Del Bosque no hay ataques de entrenador ni momentos para el ego, equilibrado en un mundo en donde el «yo» está por encima del interés colectivo.
Lleva desde 2008 en la selección, pero trabaja con el equipo de toda la vida. En los tiempos de Del Bosque en el Real Madrid, tenía a los mismos asistentes que le acompañan en esta época dorada de la selección y cuesta definir la importancia de cada uno porque todos suman. Son los hombres de Del Bosque, un reducido grupo de sabios que han llevado a España al paraíso, los responsables de que los jugadores hagan lo que verdaderamente pide el técnico salmantino sin que se den cuenta de ello. Ese es el objetivo: imponer sin que suene a orden, mano izquierda ante todo porque los gritos están descartados, al menos en público. Con ellos ha logrado el Mundial de 2010 y la Eurocopa de 2012, innegociable el estilo y admirado por todo el planeta.
Toni Grande: el trabajo invisible
Es su mano derecha, el hombre de confianza al que le cuenta absolutamente todo. Después de cada entrenamiento, y sin excepción, Del Bosque y Grande dialogan a ojos de todas las cámaras en el centro del campo para analizar cómo ha estado uno o si el de más allá mejora de sus problemas. Debaten, discuten y a veces chocan también. Grande es el encargado de toda la intendencia y muchos de sus actos no se ven porque hace un trabajo invisible alejado de los focos. Controla a los jugadores, grita si es necesario y controla los aspectos tácticos mejor que nadie. Nunca se hace un cambio sin hablar con Grande, con quien Del Bosque coincidió como jugador en el Real Madrid. Es el consejero, un fiel escudero que trabaja como el que más y que se gana el respeto de todo el vestuario. Por descontado, también es amigo, un muy buen amigo.
Ochotorena: la frase convincente
Dicen los porteros de la selección, que han sido varios en esta era gloriosa, que Ochotorena, donostiarra de 53 años, es el mejor preparador que puede haber. Se mezcla con los jugadores y participa activamente en el día a día, entusiasta y generoso en el elogio cuando toca felicitar a uno de los guardametas. Aún mantiene buen pie y aporta mucho más que su visión de la cueva de España. De hecho, cuentan de él que siempre guarda una frase, una reflexión sobre la que dar vueltas. Es, en cierto modo, una especie de psicoanalista que ve más allá del área. Ha trabajado toda la vida con Del Bosque y es preparador de porteros también del Valencia.
Javier Miñano: las piernas del futbolista
Mucho más que un preparador físico. Se ha sacado recientemente el título de entrenador y se atreve a dar consejos tácticos a Vicente del Bosque. Suele tener un trabajo complicadísimo en una cita de este tipo ya que los jugadores llegan con una carga de trabajo de casi nueve meses en sus clubes. Se encarga de las piernas y de los músculos, de que estén a tope, pero también sienta en el diván a los futbolistas porque busca emocionarles y frenarles en el caso de que la ambición sea perjudicial. Habla siempre con Del Bosque para contarle cómo están los chicos y planifica los entrenamientos también en función del clima que se va a encontrar la selección, el ambiente, el tipo de césped. Es de San Blas, barrio madrileño, se licenció en INEF y practicaba el judo. Empezó a trabajar en el Atlético, pero su carrera se desarrolló mayoritariamente en el Real Madrid. Del Bosque le deja hacer con absoluta confianza.
Albert Celades: el futuro
Es la visión joven de este equipo en el Mundial, una cara nueva que se mezcla incluso con los jugadores cuando se necesita a un jugador más. Es el nuevo entrenador de la sub 21 después de que Julen Lopetegui abandonara el cargo y fichase por el Oporto y aprende estos días al lado de Del Bosque. Está para ver y escuchar, pero también tiene voz y voto, tanto que incluso se atreve a cuestionar asuntos de logística como si un foco molesta en el campo de entrenamiento de Curitiba. Nació en 1975, jugó en los dos grandes (cuatro temporadas en el Barcelona y cinco en el Real Madrid, además de otros equipos de Primera como el Zaragoza y el Celta) y disputó el Mundial de 1998, un refuerzo de lujo que además participará en las labores de seguimiento de rivales. De hecho, en su agenda tiene previsto viajar para presenciar varios encuentros de esta primera fase por si España sigue en la competición.
Antolín Gonzalo: el hombre de los vídeos
Cara anónima porque su trabajo no se reconoce en los medios de comunicación. Pero se trata del analista de la selección española, el hombre que estudia a todos los rivales para luego hacer un detallado resumen por escrito con la aportación de imágenes. Antes estaba Paco Jiménez en este cargo, pero lo dejó en 2012 y ahora Gonzalo consume horas y horas visualizando partidos. Con experiencia en banquillos de Segunda B, su aportación es básica los días antes de las charlas de Vicente del Bosque.











