Con el depósito lleno de entusiasmo, Costa Rica desnudó a la rocosa Uruguay, bicampeona del mundo, que se adelantó en el marcador y especuló hasta recibir su merecido. Los charrúas se complican mucho su futuro. Inglaterra e Italia esperan, mientras Costa Rica sueña en Brasil 2014.
Un penalti un tanto riguroso (la jugada más repetida de este Mundial por el momento) fue como un timbrazo para el despertar de un duelo que iba consumiendo los minutos desde el bostezo. Lanzó Forlán una falta y Junior Díaz pareció empujar a Lugano, que puso de su parte en una caída que resultó homologable para el árbitro. Cavani anotó y el choque cobró intensidad gracias al entusiasmo costarricense. Uruguay, un grupo experimentado y competitivo, cerró bien las acometidas rivales, aunque pasó apuros en jugadas a balón parado —Godín y el propio Lugano naufragaron—. Forlán, en un remate que rebotó en un contrario y se envenenó, puso a prueba a Keylor Navas. El rubio delantero, con 35 años a cuestas y casi viviendo una prejubilación en Japón, jugó en lugar de un Luis Suárez todavía renqueante.
Tras el descanso, Costa Rica halló su premio en apenas tres minutos, aprovechando los agujeros en el centro de la zaga charrúa. Primero Campbell fusiló a placer a Muslera. Después, Duarte cabeceó en plancha una falta sacada por Bolaños. Y a falta de cinco minutos Ureña sentenció con un sutil toque tras un pase de Campbell, el hombre del partido.





