El mordisco más famoso (y más caro) de la historia del fútbol centra toda la atención del duelo de octavos de final más igualado del Mundial. Esta noche en Maracaná juega Colombia contra Uruguay (22.00 horas, GolT y ABC.es) por una plaza en los cuartos y quizás también en la historia del torneo: por el camino se avista a Brasil y la gloria de dejar fuera de la Copa del Mundo al país anfitrión (sigue el Colombia-Uruguay en directo). El pueblo charrúa conoce bien ese sentimiento, aunque ahora mismo el único estado de ánimo que sobrevuela sobre la expedición uruguaya es el de indignación e injusticia.
La gravísima sanción que la FIFA ha impuesto a Luis Suárez: nueve partidos y cuatro meses sin jugar, la prohibición de pisar un estadio durante todo este tiempo y 82.000 euros de multa, han provocado un tsunami en Uruguay de una magnitud incalculable: «Enfado e impotencia; eso es lo que sentimos. A todos nos gustaría un mundo más justo, pero simplemente ese mundo no existe. Los que mandan, mandan, y los fuertes, son los fuertes». El rotundo mensaje que lanzó ayer Lugano, capitán de la selección celeste, resume a la perfección el sentir general de su equipo y de los tres millones de habitantes de Uruguay, incluido su máxima figura, el presidente José Mujiga que se ha despachado a gusto contra la FIFA: «Tiramos para afuera a Italia e Inglaterra, ¿cuánta guita perdió el torneo por esto? No puede entenderse jamás la truculencia, la forma y los procedimientos aplicados. La sanción es una monstruosa agresión, no solo a un hombre sino también a un país. Va a ser una eterna vergüenza de la memoria de los Mundiales»
División de opiniones
El ejemplar castigo a Suárez ha sido reprendido también por el mismo Chiellini, víctima del bocado del delantero uruguayo: «Ahora no hay sentimientos de venganza o ira en contra de Luis. Mi único pensamiento es para él y su familia, ya que se enfrentarán a un período muy difícil. La sanción es excesiva y alienante». También, exfutbolistas de tronío, como Diego Armando Maradona han sacado a pasear su lengua contra la FIFA: «¿Quién se creen que son ustedes? Es una cosa de mafia increíble. Luisito estamos con vos». Eso sí, otros grandes de la historia como Franz Beckenbauer aplauden la decisión: «La sanción está más que justificada. Nunca había visto que un jugador mordiera a un rival tan brutalmente».
En casa
Con la idea de alejarse del desmedido estruendo que ha generado en todo el planeta su mordisco y de estar al margen del recurso ya presentado por la AUF (Asociación Uruguaya de Fútbol) que justifica la acción en la casuística de un tropiezo, Luis Suárez aterrizó ayer en Montevideo junto a su mujer y sus hijas. El propio presidente Mújica y miles de compatriotas le esperaron en el aeropuerto para mostrarle su apoyo y su cariño, aunque para preservar la intimidad del futbolista y de su familia en estos momentos tan delicados, se marcharon a su domicilio escoltados en un coche oficial del Gobierno uruguayo.
Mientras tanto, aquí en Río, el secretario general de la FIFA, Jérome Valcke, le puso sal a la herida al hablar de Luis Suárez como un enfermo: «Debería tratarse con un especialista. No sé si existirá alguno para estos casos, pero debería hacer algo porque está definitivamente mal». Aunque no lo parezca, esta noche hay un Colombia-Uruguay. Que ruede el balón por favor.