Antes de que empezara a rodar el balón en el Mundial, ya se hablaba de una semifinal entre Brasil y Alemania. Si ambas selecciones cumplían los pronósticos, se jugarían el pase a la final en Belo Horizonte y el momento ha acabao llegando (22.00 horas/Telecinco y GolT). Solo uno podrá estar en Maracaná el próximo domingo. [Sigue el Brasil-Alemania, en directo]
El fútbol en Brasil es casi una religión. Por eso hoy nadie se perderá el partido contra los germanos. 90 minutos por delante en los que no valen las excusas. No importa que Neymar se lesionara y se pierda lo que queda de Mundial, ni tampoco que Thiago Silva no pueda acompañar a David Luiz en el centro de la defensa. Eso da igual. Brasil tiene que ganar. Se lo impone la torcida.
En contra estará Alemania, que no pondrá las cosas nada fácil. Los teutones les tienen ganas, todavía se acuerdan de la final del Mundial de Corea y Japón. Entonces, un Ronaldo recién recuperado de su lesión de rodilla destrozó al todopoderoso Oliver Kahn. Hoy todo será diferente. Hoy el fútbol lo ponen los germanos, mientras que la selección de Scolari se ha limitado en el Mundial a seguir el ritmo que marca Neymar.
Ha sido el gran problema de la «canarinha», que sufrió viendo cómo Chile y Colombia fueron capaces de secar por completo al jugador del Barcelona. Joachim Löw no se tendrá que preocupar del astro brasileño. El golpe con Zúñiga en cuartos de final lo dejó fuera de combate, con una vértebra rota, pero el técnico alemán sabe que la lesión del «10» puede jugar en su contra.
Brasil lloró junto con su estrella tras el partido ante Colombia, pero hoy tiene ganas de dedicarle el triunfo. Ya lo dijo el propio jugador. «Me han quitado el sueño de jugar una final, pero no el de ser campeón». Es la mentalidad con la que la «canarinha» saltará hoy al campo. Ganadora. Por Brasil y por «Ney».
Del juego aéreo al toque
Alemania ya no es lo que era y hoy tendrá que demostrar que el fútbol que ha desplegado a lo largo de todo el Mundial no ha sido un espejismo. Es su momento y no puede desaprovechar la oportunidad. Mostrar al mundo que ya no son once futbolistas que juegan por alto y que marcan goles con el balón parado, pese a que fuese su forma de ganar a Francia en cuartos de final.
Löw mostró pleitesía ayer a su adversario. «No hay nada más bonito que jugar contra Brasil». Quizás lo sea levantar la copa en Maracaná, pero para eso quedan aún 180 minutos. Alemania ha demostrado mucho este Mundial, pero todo puede quedar en nada si hoy no apean a la anfitriona. La presión la tiene Brasil, pero un gol puede dar la vuelta a la tortilla.





