Bélgica aguarda con cierta impaciencia su estreno mundialista en Brasil 2014, que no será hasta el martes contra Argelia en el estadio Mineirao de Belo Horizonte y con sesiones preparatorias que, como la de este sábado, afrontan los jugadores con excesivo ímpetu. La intensidad con la que parecen entrenarse los internacionales de Bélgica, llamados a ser la gran revelación de la competición, provocó momentos de preocupación en torno aKevin De Bruyne o Divock Origi.
De Bruyne acabó el entrenamiento dañado en el tobillo derecho. Igual que Origi, que fue tratado con hielo en la misma zona. Fueron las principales víctimas del partidillo de entrenamiento de Bélgica, en el que se pudo ver un pique entre Eden Hazard y Kevin Mirallas, que se reprocharon mutuamente un exceso de dureza.
«Puede que en un par de ocasiones haya habido excesiva dureza. Pero prefiero tener esto que lo contrario. Todos tienen algo que demostrar. Todos quieren ganar y jugar», justificó Wilmots. En principio las dolencias de De Bruyne y Origi no les dejarán fuera del choque ante Argelia.






