Mundial de Balonmano 2015

Mundial de Qatar 2015 España vuelve a chocar con Francia

Día 01/02/2015 - 10.15h

La selección no puede superar la barrera mental ni a Omeyer y los galos jugarán la final contra Qatar (22-26)

España
22
Francia
26
Reuters

Los dos equipos más en forma del Mundial se enfrentaban en una ronda que no les correspondía. Por palmarés, por ambición, por nivel de juego. Las rondas previas las condenaban a jugarse las semifinales a Francia, campeona de todo, y a España, campeona del último torneo. Los dos se intercambiaban elogios, se conocen tanto que los detalles volverían a ser los protagonistas. La moral era francesa, por tantas y tantas victorias en momentos importantes; la confianza, española, por esa victoria en el último segundo de un latigazo de Cañellas. Pero la historia se mantuvo igual, sin posibilidad de cambiarla a favor. Francia se mostró superior en los momentos oportunos, España chocó con Omeyer y la lucha por el oro se va a tierras galas.

Incapaces de decir qué faltaba para superar la barrera psicológica, el plus que siempre tienen los franceses en los choques, España trató de limar los detalles, de fortalecer una defensa que se quedó pronto coja durante unos minutos porque Viran Morros intentó parar un lanzamiento de Karabatic y su ceja izquierda reventó. Lo darían todo, explicaban el día anterior, y en ese todo también incluyeron la sangre. También Cañellas sufrió y quedó tendido en el suelo, como Chema Rodríguez. La dureza es parte del juego.

La baja se notó, y permitió que Francia se adelantara en el marcador con tres goles de distancia. Karabatic y Narcisse convitieron en gol todo lo que tocaron. Pérez de Vargas y Valero Rivera no encontraron la finura de otros partidos y Francia hizo valer su superioridad física para ampliar la hemorragia defensiva hasta cinco tantos. Y encima, tembló la mano ante Omeyer.

Guardiola, Morros y Maqueda pensaban, dialogaban, trataban de encontrar una solución. No llegó en la portería, incapaz de frenar los lanzamientos de Guigou o Porte; tampoco en la defensa, que no encontró los rebotes, y solo el ataque, bien Rocas bien Dujshebaev, lograba mantener la tensión en el marcador, cuando Omeyer lo permitía. Todavía así, los cuatro goles de diferencia con los que se llegó al descanso parecían demasiados.

Los ánimos, las palabrotas, la rabia acumulada en el banquillo se contagió a la grada, que entonó el "sí, se puede", y a los brazos de Aginagalde, dos prodigiosos en la reanudación, y de Cañellas. La pelea de cánticos se encarnizó cuando España logró un parcial de 4-1 y rozó el empate (18-19). La sangría paró merced de un Pérez de Vargas que se hizo cada vez más hombre y de la compenetración en defensa. Francia tardó once minutos en marcar.

España desaprovechó hasta cuatro balones para poder empatar, y los franceses lo aprovecharon para hacer el gol 20. Con dos de distancia marchaban los galos durante buena parte de la segunda mitad a pesar de que Pérez de Vargas encontró respuestas variadas a los repertorios franceses.

Sin poder hacer más ante Omeyer, el marcador volvió a darle al razón a Joan Cañellas cuando parafraseó un dicho futbolístico: "El balonmano es un deporte de siete contra siete en el que siempre gana Francia".

Ficha del partido

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