Se pasaron demasiados nervios contra Bielorrusia en un debut que debió ser más plácido, pero que el exceso de confianza se quedó enredado en la defensa. Por eso ante Brasil la consigna era mejorar la imagen, pero no pudo ser, llegó la desconexión y solo la consistencia de Sierra en la portería logró mantener la dignidad en una campeona del mundo que sigue en busca de sí misma. Lo mejor, dos puntos más (27-29) y a seguir trabajando.
Se logró a partir de un José Manuel Sierra con una camiseta rosa que espantó los balones y atemorizó a los brazos de los brasileños. A los nueve minutos, Jordi Ribera, seleccionador de Brasil, tuvo que parar el partido. Después de un 3-2 prometedor, sus jugadores habían recibido cinco goles consecutivos, con un Valero Rivera espectacular, y daban muestras de empezar a bajar la intensidad.
Recortaon un gol a la contra, pero España había salido a la pista con mucha confianza. Desde el extremo izquierdo, Rivera era puro espectáculo de goles, y Guardiola y Morros, dos torres inexpugnables para los brasileños. Por eso, los dos minutos con los que excluyeron a Guardiola fue un pequeño bache que tuvo que poner en orden Manolo Cadenas con un tiempo muerto. Brasil aprovechó el hueco del jugador del Rhein para recortar distancias con una España que tampoco encontró las mallas rivales.
Solo dos goles de ventaja reflejaba el luminoso (11-13) a los veinte minutos. Brasil, a falta de corpulencia para subir un muro atrás, defendió hombre a hombre. Pegados a los jugadores españoles, lograron asfixiar su capacidad goleadora y Almeida, guardameta brasileño, fue ovacionado por la veintena de seguidores cariocas, entusiasmados porque su selección estaba muy cerca en el marcador de la actual campeona del mundo.
Atascados Maqueda y Antonio García al ataque, Cadenas lo intentó con Dujshebaev y Ugalde en el extremo izquierdo. Los lanzamientos exteriores, que tantos goles dio en el estreno ante Bielorrusia, se convirtieron en ataques infructuosos. Los brasileños leyeron bien las jugadas y a la contra desequilibraron a los españoles. No salían los pases rápidos y se chocaba una y otra vez con Almeida. Lo mejor que le pasó a la selección fue que llegara el descanso.
Desconexión y Sierra
Pero no sentó nada bien el receso. Se multiplicaron los ataques que no llegaban a nada y las pérdidas de balón que aprovechó Brasil con velocidad. Los de Jordi Ribera se pusieron por delante (19-18) y solo un magistral Sierra, de nuevo él, mantuvo la dignidad y la cordura en la campeona del mundo.
A partir de él llegó una calma tensa, un gol arriba en el marcador, pero demasiada presión atrás. Brasil, todavía en construcción, le miraba a los ojos a la selección española con firmeza y desafío. "Campeones del mundo", cantaba la grada rojigualda, y para devolver el apoyo, Entrerríos se fabricó un pase perfecto para que rematara Aginagalde. Se encontraba la brecha al fin. ue se mantuvo hasta el final. De nuevo, España salva el partido tirando de oficio y la superioridad que se les presenta sobre el papel, pero hay mucho trabajo que hacer para recomponer la confianza y devolver el respeto a la dos veces campeona del mundo.



