Era la final de lo imposible, una España en casa contra una Dinamarca magistral, invicta en el torneo y campeona de Europa. Un choque que comenzó con resignación y terminó en euforia. La selección española humilló a los daneses en la final con más diferencia de goles de la historia (35-19). Hoy se cumplen dos años de aquel prodigio de partido, de aquella batalla con solo un luchador que fue España.
Todos los pases llegaban al destino, todos los lanzamientos acababan en gol, todos los robos de balón eran garantía de éxito. Al otro lado, una Dinamarca que bajó los brazos a los diez minutos y ya no los levantó porque Aginagalde, Maqueda, Tomás, Rivera, Rocas, Sterbik, García, Cañellas y todos los demás fueron infinitamente superiores.
A ese recuerdo, esas sensaciones, ese Palau Sant Jordi abarrotado, a estas imágenes se aferran los de Manolo Cadenas para volver a triunfar sobre Dinamarca y ganarse una plaza en las semifinales del Mundial de Qatar. Es la campeona del mundo, pero quiere volver a serlo.



