Volkswagen afirma que tres fábricas de baterías son suficientes para Europa

De momento, el consorcio no ha renunciado a ninguno de ellos, pero el director de la filial PowerCo, Thomas Schmall, responsable de todo lo relacionado con la producción de acumuladores, afirmó que «las necesidades europeas están cubiertas hasta 2028 con las tres fábricas confirmadas», en una visita a la planta de Salzgitter un día antes de la presentación de resultados anuales.

Las tres localizaciones que tienen luz verde en el Viejo Continente son Salzgitter (Alemania), Skelleftea (Suecia) y Sagunto (España). Las obras de esta última comenzarán el próximo viernes y estará operativa en 2026 para servir a las tres fábricas de automóviles del grupo en la Península Ibérica, así como al resto de Europa por vía marítima.

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Si bien Volkswagen sigue con el objetivo de 240 GWh anuales de capacidad, el número final de fábricas podría verse mermado. «Si construimos cinco o seis plantas de baterías en Europa dependerá de la estrategia de incentivos de cada país», sentenció Schmall. El mismo lunes, el consorcio alemán confirmó que había elegido la localidad canadiense de Saint Thomas, entre Toronto y Windsor, para construir su primera fábrica de baterías en Norteamérica.

El grupo no confirmó la cuantía de la inversión ni la capacidad de la planta, pero en agosto de 2022 hicieron alusiones a que su primera fábrica en América del Norte contaría en torno a 20 GWh. Para el continente entero, han estimado que necesitarán entre 60 y 100 GWh.

En la decisión de elegir Canadá influye el Acta de Reducción de Inflación (IRA) de Joe Biden, que incentiva los vehículos eléctricos con componentes provenientes de Norteamérica. Además, el país cuenta con una fuerte presencia de recursos mineros y el acuerdo de libre comercio CETA con la Unión Europea, que le dota de incentivos fiscales.

El Grupo Volkswagen ha consolidado una tendencia que llevan presentando los fabricantes de automóviles desde el inicio de la crisis de los semiconductores: a pesar de vender menos unidades, registran unos ingresos y beneficios mayores. «La caída en la demanda en Europa Occidental, particularmente Alemania, y China, nuestros mercados principales, ha sido contrarrestada a través de la política de precios».

Los números hablan por sí solos: las entregas cerraron el ejercicio en 8.263.000 unidades, un 7% menos que hace un año. La facturación ascendió un 11,6%, hasta los 279.232 millones de euros, con un margen operativo del 7,9% y un beneficio neto de 15.836 millones, un 2,6% más.

Las divisiones de mercado de volumen –Volkswagen, Seat, Cupra, Skoda y VW Vehículos Comerciales– alcanzaron un margen operativo del 3,6%, una ligera mejora de dos décimas porcentuales con respecto al año pasado. Las marcas premium destacaron todas con dos dígitos de rentabilidad: Audi (11,3%), Porsche (18,6%), Bentley (20,9%) y Lamborghini (25,9%) fueron todas beneficiadas. De cara a 2023, el grupo pretende alcanzar una rentabilidad entre el 7,5% y el 8,5%.

Seat consiguió cerrar el ejercicio con un resultado en positivo, especialmente «por los efectos positivos de mix y de reducción de costes», con un beneficio neto de 33 millones de euros, ante los 233 millones en pérdidas de 2021. Esto habría sido considerablemente superior de no haberse enfrentado a un coste de reestructuración de 244 millones. La facturación ascendió un 13,8%, hasta los 10.900 millones de euros. El margen operativo fue del 0,3%, otra mejora ante el 2,4% en negativo del ejercicio anterior. De los 420.091 vehículos producidos, 249.459 (-27%) fueron de la marca Seat y 170.632 (+108,5%), de Cupra.