El reto de los coches eléctricos frente las bajas temperaturas
Aunque las baterías de alto voltaje reducen su rendimiento, los coches eléctricos pueden funcionar hasta a menos 40 grados
Coches eléctricos
Con la llegada del invierno, en muchos países europeos es frecuente amanecer por debajo de cero grados. Estas temperaturas que afectan a todo tipo de vehículos, pero en particular a los eléctricos e híbridos enchufables. Si bien los modernos coches eléctricos tienen ya autonomías ... superiores a los 300 o 400 kilómetros, nuestra única fuente de energía es la batería, por lo que en pleno invierno y con la calefacción puesta pueden surgir numerosas dudas a la hora de «atreverse» a hacer un viaje en coche eléctrico.
En invierno, los coches con motor eléctrico deben garantizar que su habitáculo y la batería estén a la temperatura adecuada, para lo cual se necesita utilizar una gran cantidad de energía; además, las bajas temperaturas exteriores agravan el problema y afectan al rendimiento de las baterías de alto voltaje.
Según el al CEO de Juice Technology, Christoph Erni, el frío «afecta negativamente al rendimiento de las celdas de la batería, su capacidad disminuye y también se ralentiza el proceso de carga».
Esto se traduce en menos autonomía, más pérdida de energía cuando está parado y un proceso de carga más lento, al menos hasta que la batería haya alcanzado la temperatura adecuada. Por ello es importante seguir una serie de consejos «como cargar la batería del coche al llegar a casa, cuando aún esté caliente». A ello se une que el desgaste de estas celdas es mayor con el frío. Ante ello, para proteger la batería, los fabricantes reducen la velocidad de carga.
También mitigan el efecto del frío usando un sistema de gestión de la batería que la mantiene en un rango de temperatura ideal, incluso por la noche cuando el coche no está en uso. Planificar la hora de salida y la carga hará que el coche esté completamente cargado al iniciar la conducción, evitando que la batería se enfríe y necesite energía adicional hasta que alcance la temperatura adecuada.
Se recomienda precalentar el vehículo mientras esté conectado «ya que así tomará la energía directamente de la red y no directamente de la batería». También es útil recurrir a los asientos calefactados, ya que de este modo se gastará menos energía que usando el sistema de calefacción central, especialmente cuando viaja una persona sola en el coche.
Sin embargo, conducir un coche eléctrico a temperaturas bajas no es un impedimento, ya que funciona hasta a unos menos 40º, incluso en condiciones más frías que un diésel, que suele tener el límite en unos -25º.
Poner la calefacción
Los coches eléctricos aumentan su consumo a temperaturas entre 0 y menos 10 ºC hasta en un 30% debido al uso de la calefacción del habitáculo. Esto genera dudas acerca de cuánto tiempo podemos disponer de climatización si nos quedamos atrapados en la nieve.
Según explica a ABC Rubén Fidalgo, experto de Autocasión, en contra de lo que podamos pensar, no difiere demasiado respecto a un coche de combustión. En un coche eléctrico, el consumo de energía de sus baterías para la climatización está en el entorno de los 1,5 kW si usan sistemas de bomba de calor y para temperaturas entre 0 y menos 10 ºC. En un vehículo con una batería de 35 kWh esto significa que podríamos mantener la calefacción hasta 23 horas. En un coche de combustión con el motor al ralentí para mantener el interior calefactado el consumo es de entre 1 y 1,6 litros por hora.
Gestión térmica previa
Los vehículos eléctricos actuales disponen de sistemas de carga remota y preacondicionamiento que evitan utilizar la energía acumulada en las baterías en situaciones no deseadas. Según Thomas Anzenberger, del departamento de gestión térmica de Audi, «un sistema inteligente de gestión térmica selecciona siempre la forma más eficiente de calentar adecuadamente la batería y el habitáculo en invierno».
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Así, al permitir un preacondicionamiento de la temperatura tanto en las tomas de carga con corriente alterna como en un Wallbox doméstico, las baterías de alto voltaje tienen una larga vida útil. Esta función es especialmente interesante en invierno. No perjudica a las celdas y, al mismo tiempo, minimiza la pérdida de autonomía al garantizar que la batería ya ha alcanzado su rango óptimo de temperatura y, por tanto, no necesita calentarse tanto.
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