Maserati Quattroporte, una leyenda nacida hace sesenta años
A principios de los años sesenta, Pietro Frua diseña la primera berlina cuatro puertas del tridente. El joven estilista se inspira en el diseño del coupé Maserati 5000 GT que ha concebido para el Aga Khan
Santiago de Garnica Cortezo
Valladolid
La historia del Maserati Quattroporte tiene su punto de partida a finales de los años cincuenta. En el Salón de Ginebra de 1957, se había presentado el coupé 3500. Algunos clientes de la Viale Ciro Menotti, entusiasmados por un modelo con tanto carácter, quieren ... disfrutar de ese espíritu, pero con una mayor habitabilidad. La marca italiana había construido su fama en los circuitos y con sus modelos deportivos de dos plazas. Tal vez el éxito de Jaguar con sus MKII y esas peticiones de los clientes, llevan a los dirigentes de Maserati a entablar una discusión. Adolfo Orsi es partidario de una berlina cuatro puertas de altas prestaciones, pero su hijo se opone. En realidad, en ese tiempo la idea de berlinas de muy altas prestaciones no acaba de tomar forma, si bien algunas marcas ya han explorado esta vía. La francesa Facel Vega es una de las primeras, con su berlina Excellence presentada en 1956 y puesta en producción dos años después. Capaz de superar los 200 km/h, gracias a su potente V8 Chrysler, este modelo no llegará más que algunos pocos clientes: se construyen tan solo ciento cincuenta unidades hasta 1964, y a un precio muy elevado. Otra tentativa viene, en este caso, del Reino Unido donde David Brown presenta en el otoño de 1961 su berlina Lagonda Rapide, propulsada por un seis cilindros del Aston Martin DB4, pero con la cilindrada subida a 4 litros y ofreciendo una potencia de 236 CV, gracias al cual hacía honor a su nombre: 210 km/h de velocidad punta. Construidos bajo encargo, tan solo se hicieron 55 unidades en tres años.
Finalmente, en Maserati ven una posibilidad de construir un modelo que no va a tener equivalente en su rival Ferrari. Así se encarga a Pietro Frua diseñar la primera berlina cuatro puertas del tridente. El joven estilista aplica todo su talento al difícil reto, inspirándose en el diseño del coupé Maserati 5000 GT que ha proyectado en 1961 para el Aga Khan.
El automóvil, bautizado como «Quattroporte», es presentado en noviembre de 1963, en el Salón de Turín. Mide cinco metros de largo, y ofrece unas líneas que hacen honor a la marca. La prominente calandra se integra perfectamente en la nariz del coche. El Quattroporte recuerda al bellísimo coupé Mistral que Frua ha diseñado para Maserati, sobre todo visto de perfil, con los generosos cristales que hacen más fluida la línea. En el interior, cinco pasajeros pueden encontrar sitio, algo justo en centímetros (el coche es estrecho: 1,69 m), pero acogedor y refinado, con tapizados en el prestigioso cuero Connolly. Los cuatro cristales tienen mando eléctrico mientras que el aire acondicionado es una opción, junto a la dirección asistida y la relación del puente trasero. El motor V8 de 4,1 litros, alimentado por cuatro carburadores de doble cuerpo, va asociado a un cambio manual de cinco relaciones. En cuanto a prestaciones, sus 290 CV le permiten alcanzar nada menos que 230 km/h de velocidad máxima, y 19 litros de consumo medio oficial a los 100 kilómetros.
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Las ventas no marchaban muy bien y en 1966, Maserati introduce algunos cambios en el Quattroporte, a nivel de suspensión posterior, en el interior con un salpicadero que incorpora un revestimiento en madera de nogal, aire acondicionado de serie y faros redondos dobles en el frontal en lugar de los poco agraciados rectangulares iniciales. Dos años más tarde, al motor de 4,1 litros, se suma un 4,7 litros proveniente del Ghibli, con 300 CV SAE. La velocidad punta no varía, pero las recuperaciones si se beneficiaban del incremento de potencia.
En las pruebas de la época, hablamos de 1966, en la revista italiana «Quattroroute» se decía: «la conducción de un potente coche tipo berlina, da siempre la impresión de que ha de ser muy comprometida. En el caso del Maserati 4200-4 porte, no puede considerarse así, ya que su estabilidad de marcha es óptima, y a velocidad incluso superior a los 200 km/h no da la sensación de falta de seguridad». En otro apartado se indicaba que «el confort de marcha es igualmente óptimo, ya sea por la suavidad de la suspensión como por el escaso ruido que se observa, teniendo en cuenta la enorme potencia del motor». Y, finalmente se señalaba: «lo más importante es la potencia del motor, que permite viajar en directa sin dificultades para reemprender la marcha desde velocidades muy bajas, sin utilizar el cambio. Este resulta de excelente facilidad de maniobra estando totalmente sincronizado, las marchas pasan con enorme precisión y seguridad».
El Quattroporte era un coche caro: costaba el doble que un Jaguar 420 G. En parte se debía a un proceso de fabricación no solo artesanal si no también muy complejo, con muchas «idas y venidas»: la carrocería se construía en Maggiora, el montaje y la pintura se realizaban en Vignale. En cualquier caso, de la primera serie se vendieron 772 unidades hasta el fin de su producción en el año 1969.
Asociación con Citroën
En Maserati, bajo el control de Citroën desde 1969, se sueña con un nuevo Quattroporte. Se piensa en desarrollar esta segunda generación a partir de un modelo único, realizado por Frua para el Aga Khan, que toma como base el chasis del coupé Indy, y que es expuesto en el Salón de París de 1971 bajo el nombre de AM 121. Pero Citroën quiere que el nuevo Quattroporte tenga el mayor número posible de piezas comunes con el famoso SM. El replanteamiento lleva a un arduo trabajo para los ingenieros italianos, y el proyecto se alarga cinco años.
La asociación Maserati, Citroën y Bertone (es un joven Marcello Gandini quien dibuja la carrocería), presenta en el Salón de París de 1974, año del cincuentenario de la marca, el Quattroporte II. Utiliza el motor V6 3 litros 210 CV de la firma del tridente, una versión evolucionada del utilizado por el Merak, pero la estructura mecánica del conjunto proviene directamente de Citroën. Así, el Quattroporte es, a la vez, el primer Maserati de tracción delantera y el primer Citroën SM de cuatro puertas. En efecto nos encontramos en la lujosa berlina una suspensión, un sistema de frenado, una asistencia a la dirección variable en función de la velocidad, que recurren a la hidráulica, técnica muy querida por Citroën. En cuanto al diseño de Gandini, las líneas eran sobrias y clásicas, sin extravagancias, de muy buen gusto. El habitáculo, grande, contaba con una gran superficie acristalada y un cuidado acabado. Al ser un tracción, el maletero tenía mucho volumen. En cuanto a equipamiento, la prensa de la época destacaba «el cierre de puertas con una sola llave» pero llamaba sobre todo la atención la instrumentación digital, dos años antes que el Aston Martin Lagonda. Destacaban igualmente a cada lado de la calandra, los tres faros de iodo protegidos por un vidrio barrido por unos limpiaparabrisas. Pero este Quattroporte no pudo llegar en peor momento: en la crisis petrolífera derivada de la Guerra del Yom Kipur de octubre de 1973. Es la tormenta perfecta y las débiles finanzas de Citroën obligan a la firma del Quai de Javel a separarse de Maserati, también en una situación económica crítica. Con tan solo trece unidades producidas, el Quattroporte II desaparece.
El proyecto De Tomaso
Tras la compra de Maserati, con ayuda del gobierno italiano, por parte de Alessandro De Tomaso, se plantea un nuevo Quattroporte sobre el chasis del De Tomaso Deauville.
Así se deja la tracción y se vuelve a la propulsión, y con el motor V8 4.2 litros de Maserati, todo ello vestido con una carrocería diseñada por Giorgietto Giugiaro. El Quattroporte III se lanza en 1979. En 1980 el motor se sube hasta los 4,9 litros y 282 CV, y en diciembre de 1986 llega el Royale de 300 CV y una carrocería retocada (una versión de la que se hacen 55 unidades), muy angulosa al estilo de la época.
Pero ya el Quattroporte ha de hacer frente a otras berlinas muy deportivas (Mercedes 450 SEL, Jaguar XJ 12 Serie III o BMW 745 Turbo) y su vida no resulta fácil. Aun así cuando cesa su producción, muy artesanal, se han alcanzado las 2.141 unidades.
De Fiat a Ferrari y Pininfarina
De Tomaso vende el 49% de Maserati a Fiat en 1989, y cuatro años más tarde los Agnelli son ya dueños del cien por cien de la firma. Y la cuarta generación del Quattroporte llega en abril de 1994. De marcado carácter deportivo, en realidad es una variante cuatro puertas del Maserati Biturbo (se alarga la plataforma de este) pero con una longitud total muy contenida (4,55 metros) y una carrocería cuneiforme dibujada por Marcelo Gandini. Lleva un motor V6 biturbo de 2.8 litros, con 284 CV. Y en 1998, llega el «Evoluzione», con el fantástico V8 3,2 litros de 335 CV de potencia.
Los años de zozobra parecen tocar a su fin para Maserati cuando entra bajo la tutela de Ferrari, su eterno rival, en 1997.En el antiguo Salón, ahora «Mondial» de París de 1998, el público descubre el Maserati 3200 GT. A partir de la plataforma de este coupé, Ken Okuyama (responsable de estilo de Pininfarina), autor del Ferrari Enzo y del 612 Scaglietti, crea un Quattroporte con una calandra oval tipo el A6 de 1947, y salidas de aire laterales en las aletas delanteras que recuerdan al A6 1500 de la posguerra, o un pilar C al estilo Ghibli. Se exponen en salones algúnos prototipos, y el modelo definitivo, la quinta generación del Quattroporte, llega el 9 de septiembre de 2003 en el de Frankfurt .El motor V8 Maserati de 4,2 litros de 400 CV, es una mecánica Ferrari (el 3,6 litros del Módena) puesta a punto para los Coupé y Spyder Maserati . El cambio automático de seis relaciones transaxle (situado entre las ruedas posteriores propulsoras) contribuye a un casi perfecto reparto de pesos de este automóvil de 5,05 metros: 47% delante y 53% detrás, capaz de alcanzar una velocidad máxima de 275 km/h y de pasar de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos. Para muchos es, desde todos los puntos de vista el mejor Quattroporte construido hasta entonces.
Con una puesta al día en 2008 (en la que incorpora un V8 de 4,7 litros y variantes de hasta 450 CV), permanece a la venta hasta 2012, con una producción total de 25.256 unidades, cuando es sustituido por la sexta generación del Quattroporte.
MÁS INFORMACIÓN
Pero eso, si bien es la continuación de toda una leyenda nacida hace sesenta años, es otra historia aún por escribir.
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